martes, 6 de octubre de 2009

.Banda de los protestantes.

.Banda de los protestantes.



Matías el salado seria un honesto trabajador, pero tiene una deuda en su Haber, que no lo sabe, hace tiempo convivía con Lucia la previsora, que el marido la había abandonada.
Ella tenia un hijo, que protesto duramente tanto que la mamá, lo boto del rancho (Barraca), a la calle.
El chamo (Niño) en aquel entonces tenia 7 años, pero hoy tiene 13, y pertenece a la Nueva Infancia Generación Halley;
Los que vienen una sola vez a la tierra.
Milita en la banda de los protestantes, los llaman así porque no aceptan reclamos, explotan al que se opone en las primeras de cambio. Ellos gobiernan en la parte alta del barrio; El Niño Bueno del Nazareno, pero continúan a crecer y expandir sus dominios. Es infancia seria y doliente de vida, delincuencia activa. Cariaquito el morado, como llaman al menor, tiene tres muñecos (muertos) en su Haber, en la cuenta de ahorro para ser acreditado al cartel de Malandro, pero tiene la ficha cochina en la moral del barrio, o sea tiene un Debe, por culpa del Matías el salado, porque por él perdió el rancho y la mamá, que de paso es única, es el primer amor y de condición irremplazable. Tremenda ofensa de carácter mortal, según la ley del Malandro.
La bola corría por el barrio, todos lo sabían menos él, Matías el salado.
Ninguno hizo de mediador porque el agravio es de pecado mortal, quitar la mujer es bien malo, quitarle la mamá es fatal. En ese lío no se aceptan embajadas, ni la O.N.U. es la moral del barrio y esta escrita en ti, en todas las paradas del carromato de la muerte; donde la Pelona (Muerte) recoge las almas, expreso ultra celestial non stop tierra-cielo.

En ese lío el único abogado que tienes es la pólvora.
La sentencia fue publicada y es irrevocable edición del Tribunal de Menores del Hampa; parte alta del barrio Niño Bueno del Nazareno.
Donde lo encuentro, como lo encuentro, cuando lo encuentro.
Aquella mañana bajan los 5 menores de la banda, saben que hacer, como lo tienen que hacer, con nosotros hay palabra de paz con salvoconducto.
Matías el salado, esta contra la moral del barrio, los 4 acompañantes de la comisión no parlamentaria de menores que vienen a dilucidar la problemática, banda armada los protestantes, tienen que quedarse afuera, no pueden entrar armados a nuestro callejón, y nosotros no podemos darle asilo a uno que ofende en su moral a un machito.
Cariaquito el morado entra armado al callejón, el sí entra enhierrado, porque es parte ofendida, tiene la sentencia con ejecución inmediata, tiene que hacerlo solo, si no pierde su seriedad, en el barrio amigos tienes y compañeros de lucha hay, pero a la prueba de madurez si eres serio te presentas solo.
En la mano lleva su hierro, un calibre 38; ¾ gian bun back reforzado, negro acrílico, con proyectiles; dum, dum, con la punta achatada una gota de mercurio en la punta, que cuando impacta el contacto con el aire prende una llama.
Seguramente Matías el salado, hace sus rezos antes de salir del rancho, pero Cariaquito morado es creyente, invoco a los espíritus y pidió de liberar la acción, porque esa espina la tiene dentro de hace demasiado tiempo y duele.
Nosotros, yo y mis hermanos; Mandinga y el Chicho, nos mantenemos a buena distancia uno del otro, yo encima de mi platabanda, con las pajiza montada, para prevenir una tumbada de nuestro gobierno auto proclamado, en los tres callejones que mandamos, llamados Senderos Luminosos de Sobrevivencia Inmediata.
Veo cuando el Cariaquito el morado, entra en el callejón debajo al nuestro vive Matías en un rancho al lado de la china Elisa.
Tiene la luz prendida, la luz sale de los huecos de las láminas de zinc, salen como flash luminoso que perforan la oscuridad, dentro del rancho no se tiene que accionar el hierro (revolver). Pero Matías sale puntual a su cita con la Pelona (Muerte), tiene la luz en los ojos está encandilado, momentáneamente cegado, busca orientación con los pies, pero le falta la tierra debajo de estos, en la mano derecha lleva una bolsa blanca con el desayuno, con la izquierda agita para no tropezar, agitándola en el vacio, el vacio que se abre delante de él, solo el universo se abre en el.
Cariaquito lo llama por nombre.
-¡Matías! ¡Salado!
Él levanta la cabeza pero ve solo la Pelona y la explosión que se abre en una llama fulminante que se acerca a una velocidad incalculable, que le quito el aliento, con el verbo que DIOS le había consignado con sus mandamientos, no fornicaras con la mujer de otro y menos con la mamá de un Malandro. Ese día estaba vestido de blanco, se tenia que casar con la Pelona (muerte) esperemos que esta no tenga hijo. Ahora esta extendido sobre la desnuda tierra con una pierna encima a la otra, sujetando la bolsa con el desayuno que no comerá.

El olor a cabello a masa gris quemada se expande por el barrio. Olor ocre a carne quemada.
Cariaquito nos manda una mirada, con el hierro en mano hace un movimiento, guisado el paciente, con la otra mano se da en el pecho; hay una deuda moral con ustedes, tres potencias, con este son 4 los muñecos (muertos) bien de cartel y la ficha bien limpia, para que no se equivoquen, con la infancia cuando es seria.
Lo vemos impasible.
-Bien menor te limpiaste la ficha.
Hay Matías, Matía, con tantas hembras sueltas en el barrio y te buscaste a la mamá de un machito, ¡Que vaina pues!
Beatriz la sola, sale del rancho y del llanto, sale una queja que se expande por el universo, es llanto profundo, lamento de angustia que estremece el corazón más duro.
Me dice:
-Manito porque lo dejaste, ¿Que me lo quebraran? (mataran).
-Jeva el Matía estaba contra la moral del Malandro.
-No se metía con nadie era solo un trabajador, un hombre tranquilo.
-Ese es justamente el problema que trabaja, son ello lo que mueven la ciudad y financian al gobierno.
En la tarde el chillón (la radio) comunica la noticia.
“Muerto en un tentativo de atraco un obrero en la parte alta del Barrio el Niño Bueno del Nazareno.
Vale como epitafio, ¿Me imagino yo?

El funeral fue solitario, no tenía una banda que le celebrase un funeral de motorizado o de malandro, no tenia fuerza en el pueblo. Cualquier amiga de Beatriz la sola, la acompaño.
-Manita cuando sufres porque no tienes marido, y cuando sufres porque ¡Te lo matan!
-Mejor que te maten un marido, que un hijo, el marido no lo pariste ¡Tú!
Le respondió Matilde el consuelo.
Al hijo de Matías el salado, el otro día le dijeron;
-Te mataron a tú papá.
-Que va ese no era el mío, estaba allí de abusador.
Ser obrero en Caracas no es una cosa fácil, es vivir en el filo de una lama.
El policía que lo matraca.
El malandro que lo atraca.
El patrón que los roba con el salario.
El botiquinero con la fichera que lo espera el fin de semana, en el bar para desplumarlo.
Vive una vida, que no es suya, como si fuera emprestada.
¿Un día alguno se dará cuenta que esos son los brazos que mueven la nación?

¡Gloria al bravo pueblo!

…En todas su circunstancias…
…Sustraído del diario de Cariaquito, del Libro de Historias de vida común, de las escalinatas que llevan al cielo...

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