jueves, 8 de octubre de 2009

LA PRIMERA DE LA CLASE. LA ÚLTIMA DE LA CUADRA

LA PRIMERA DE LA CLASE. LA ÚLTIMA DE LA CUADRA.

Son los días, en que él Yo, anda en el automático del ser.
A las diez de la mañana, en el estrecho valle de Caracas, el sol inicia a recalentar, el ruido de los carros inicia a molestar, el suéter inicia a picar, el joven siente pero no es, siente su existencia mas allá de su propia iniciativa, en ello consiste su ansia de ser.

Hoy, en el liceo Gustavo Herrera, hay agitación estudiantil, hoy, como ayer el estudiantado protesta. Los del centro de estudiante, pero, se oponen a la manifestación. La presidenta dice que se ha perdido demasiadas horas de clases.

Entonces es contestada por su sumisión al sistema.

-Bien, bueno pues, tremenda seriedad la tuya compañera, los intereses del estudiantado son primeros, en la pasada manifestación falleció un compañero del liceo Mariano Picón Sala.
Fuera del plantel, los estudiantes ya gritaban las consignas.

“-¡¡¡Gobierno asesino de liceísta!!!”

“-¡¡¡Tirano, de ti todo pueblo es lejano!!!”

“-¡¡¡Hoy y mañana contra vuestra tiranía!!!”

“-¡¡¡Estudiantes la protesta es un deber moral!!!”

“-¡¡¡Violencia y mentiras son las armas del sistema!!!”

La presidenta del centro de estudiantes, se opone y cierra el paso físicamente con su propio cuerpo.
-¡Sta loca! ¡No se dejen mandar compañeros, por esa traidora que defiende los intereses del gobierno!
De hecho, por la cerca que forma el recinto del ateneo, habían salido los más decididos.
-Esta Daisy, sino fuera por que es de la cuadra, ya la hubiéramos derribada con portón y todo.
La Daisy, pero, no se atemoriza, empuja el estudiantado hacia atrás, ceden estos, porque la mayoría son del primer año.
-¡No! No, ¡¡¡Van a salir para que la policía los maltrate otra vez!!!
-¡Que té pasa Daisy! ¿Ni que fueras la mamá?
-Ustedes, lo que quieren es sabotear, martillar, romper vitrinas y si los dejan quemar carros, atentar contra la propiedad publica, el movimiento estudiantil, no se enriquece con esas acciones.
-¡Na' guara! ¡La propia falangista pues! (Ella y sus dos hermanas, son hijas de un español, que siempre defendió el franquismo).
-Tú podrás decir misa, pero, aquí hay una oposición seria a vuestros desmanes.
Delante del liceo, con el grupo ya reunido, se realiza el cierre de la avenida un grupo inicia el martillo (a pedir a los automovilistas) con latas decoradas con el logotipo del centro de estudiantes.
Junto al portero, la presidenta del centro de estudiante, logra cerrar el portón, las ultimas en escabullirse son la Tatta, Gabby y Jazmín.
Daisy, pero, aferró por el brazo a Jazmín.
-¡Dónde vas muchachita! Tú no eres igual a ellas.
-Ellas me invitaron a manifestar, la causa es justa, es nuestro deber protestar contra el abuso del estado.
-¡Que protestas, y que nada! Ellos son solamente una pila de vagabundos, la protesta esta fijada para el viernes en la tarde, por convocatoria de la federación de centro estudiantiles, esta es ilegal.
-¡Vente Jazmín! Deja esa enrollada con esa mentalidad de perbenismo burgués, se ganará un 20 con el director seguramente.
-Lo que me gano es por mis meritos, porque estudió, no soy una fracasada como ustedes, raspadas en todas las materias, promovidas a punta de copiones y otras artimañas.
-Si, luí eres la perfecta, te vas ganar un Oscar nominación a la estudiante obediente. (Se ríen a carcajada plenas).
Daisy, se queda mirando a las compañeras que se reúnen con el grupo de estudiantes, los ve uno a uno, todos son probadamente malos estudiantes menos Jazmín, los varones usan el uniforme con diversas modificaciones, el cabello largo y muchas malas maneras, lo que manifiesta que van por otro rumbo, alejado de la educación impartida, y la condición que ella considera que debe tener un estudiante.
Desde las filas de los cuerpos represivos, una lacrimógena es disparada y se alza en vuelo dejando una cola de humo blanco, todos miran su trayectoria contra el azul del cielo, impacta contra el portón del plantel, como siempre los cuerpos represivos del estado, avanzan hacia los que no participan activamente en el desorden publico.
Daisy reconoce el momento, del avance de los represivos, entra por la puerta pequeña del portón principal, y recomienda al estudiantado de no correr, pues luego los represivos tomarán el plantel y tocaran las camisas, quien la tiene sudada dirán que estuvo en la agitación, se siente contrariada quisiera que las cosas no fueran así.
¿Porque aquello estudiantes arruinan a ellos y otros? Es todo un desorden.

El primero de todos los síntomas en el joven, es oponerse al poder establecido; búsquedas en la autonomía de ser él, en la configuración de su propio Yo.

En la avenida ya es batalla, los cauchos quemados se arrojan contra la policía, las piedras vuelan, e impactan contra los escudos y cascos, avanzan y retroceden, algún estudiante temerario, por avanzar demasiado es capturado, y golpeado, se revuelca en el pavimento, ardiendo de dolor.
Los estudiantes, usan sus franelas para hacerse unas capuchas, el Edgar lideriza el conflicto armado de piedras, lanza los naturales proyectiles continuamente, organiza las filas de la resistencia, su instinto lo hace un líder en los momentos de intensa crisis.
¡Jazmín, lo ve, y lo admira como su acto natural, es por él, que acepto salir aun contra de las normas del plantel, el suéter le llega casi a las rodillas, la hace ver más joven de lo que es, La Tatta, y la Gabby en cambio se han quitado el uniforme, y gritan con todo lo que tienen dentro, un millón de adjetivos descalificativos contra los policías; ¡sapos! ¡H. de P! ¡Vende patria! ¡Tarifados! ¡Servos del gobierno! Etc.
Ella en si participa, pero, esta contrariada, esos son representantes de la sociedad, de la organización política, porque hay este enfrentamiento. Esta, pero, no es, se mantiene en dilema dentro un limbo, entre lo que le impone el status quo, y lo que su instinto le incita, pero, no logra rebeldizarse, de esta manera su conflicto la envuelve en una sumisión impuesta en el automático del ser.
Nelson se acerca al Edgar, y le dice que la Guardia Nacional, esta llegando por la autopista, que será una emboscada. La retirada es obvia, y se corre como mejor se puede, en péguenos grupos y fomentando el desorden publico, desobediencia de quién contesta todo lo impuesto, corren hacia el centro comercial de Bello campo.
Los varones dan paso a las compañeras que corren, gritan, ríen, se caen, piden ayuda, dan aliento en perfecta anarquía, cada quien hace como le sale.
Los cuerpos de represión, quieren tomar por asalto el plantel, dentro la Presidenta del Centro de Estudiante esta ya preparada, y junto con el director, y varios profesores salen a parlamentar con la policía.
Estos como siempre no le entra un argumento, amaestrados para la guardia y el ataque, quieren reprimir por la fuerza, en la ceguera en que los alojas el sistema, no ven o no quieren ver que los revoltosos ya pasaron, y justamente delante sus ojos.
Presionan por tomar el plantel a la fuerza. La Presidenta del Centro de Estudiante, el director, y los profesores se oponen a la toma.
Luego se decide llamar a un alto funcionario, el cuál acepta que salgan los estudiantes, pero, en fila para ser requisados.
-No ustedes les pegarán. (Enfatiza la Daisy)
Inicia un nuevo giro de consulta; Daisy razona; Que es tan difícil hacer el bien en este país, y que haya concordia.
El grupo de revoltoso, al sentirse a salvo algunas cuadras mas arriba, deciden contar el dinero martillado, el monto es suficiente para irse a comer unas pizzas, se deciden por el restaurante IL Piccolo, Jazmín se siente aún más contrariada.
-¡Pero esos fondos fueron recogidos, para el centro de estudiantes! ¿O no?
-¡Bueno, y que somos nosotros chica! Estudiantes y estos son gastos de representación. (Todos ríen)
EL Edgar, se voltea, distinguiéndola de entre el grupo.
-¿Que hace esta pavita aquí?
Ella se siente empequeñecer, casi quisiera desaparecer.
-¡Es de la cuadra Edgar!
-¿Cuál cuadra? ¡La del convento dos, chamo es la hermanita del Alex, él que vive en el edificio Araguaney!
-Bueno, niñita dale pa’ tú casa.
-Estoy en quinto año, y no soy niñita.
-¡Claro! Además la chica es un cráneo, y es la mejor de la clase, y además es panita, ella nos hace la tarea, y de paso nos sopla en los exámenes, sin ella no pasábamos del sexto grado Edgar, la risa de la Tatta y la Gabby estremecen el ambiente.
-Esta bien, quédate, eres una chica vital por lo visto, vamos a comer.
-Jazmín, no puede contenerse, y ruborizarse delante la mirada del Edgar, su causa natural, su deseo ideal.
Las pizzas, llegan humeante con extraños nombres, Caprichosa, 4stagione, mare e monti.

Son el origen, como fin primo de la humanidad y el universo.
Son los deseos, en que la libide corre hacia un llamado atávico.
Son las formas, en tiempos de lejanía, donde los opuestos son forma de cercanía.

-¡Oigan Compañeros! Suspendieron las clases, hasta nuevo aviso. (Anuncia Luis que llega de retardatario)
-¿Hasta cuando?
-No se sabe lo dirán el lunes.
-¡Que bien! (Exclaman los presentes)
-¡Lo logramos!
-¡No, J-o-d-a-s, estupendo!
-¡Vayámonos a la playa!
-Sí, a la Sabana, o a Osma.
-Que va, mejor es ir de excursión al Ávila, allí nos divertimos más.
-¿A que parte?
-¡Rancho grande!
-¡No! Es muy seco, a Paraíso perdido que tiene río, y pozas para bañarnos.
-¡Al Lagunazo que se ve el mar, y la ciudad!
-¡Que va! allí hace mucho frió.
-Hagámoslo de esta manera, subimos hasta el Naiquatá, después bajamos y acampamos una noche en Rancho grande, luego el resto de los días en Paraíso perdido.
-¿Quiénes se anotan?
Todos alzan las manos menos Jazmín, que no entiende como pueden decidir una salida de varios días, sin consultar con sus padres.
-¿Chama, tú no vas con nosotros? (Mabel)
-Bueno quisiera, pero tengo que pedir permiso a mis padres.
Una risa de conmoción general se extiende por el ambiente, ella se empequeñece dentro de la silla, extraña al grupo, pero, El Edgar se levanta.
-¡De que se ríen vale! ¿De ella? ¡No ven que es una chama bien!
-Aja bien bueno, y ¿nosotras que somos Edgar según tú?
-Ustedes, unas dañadas, la chama es zanahoria. ¿O no?
-¿Que es eso de zanahoria?
-Que los dañados somos grillos, y los sanos zanahoria.
Ella hace un gesto de apreciar cosas raras, lenguajes cifrados de concepciones esotéricas, extrañas, los conoce a todos de toda la vida, pero es una realidad a la que no siente pertenecer, ¿Donde la habrán adquirido?
-¿Entonces, chama bien, vienes con nosotros de excursión?
¡Sí! Haré todo lo posible.
Imaginándose, la oposición cerrada de la madre.
El regreso a la cuadra fue lleno de eventos; discutieron y se vacilaron al chofer del autobús, pelearon con un grupo de jóvenes adversarios (de otra urbanización), para Jazmín que siempre regresaba a casa sin novedad, le era particularmente curioso, el hecho de cuantas cosas se hacen de regreso a casa.
Llegaron a la cuadra, Jazmín se despidió, desde el portón del edificio donde reside, el resto como de costumbre, se quedaron junto a las paralelas, hablando, sentados sobre los carros estacionados junto a la acera.
Los muchachos se quitan la camisa, e inician hacer paralelas, y hablan de cosas llenas de futuro, aquella visión del mundo que todo va hacia delante, futuro prometedor de cuantas cosas se desean.
Jazmín entra en casa, saluda a la madre, va a su habitación y se asoma a su ventana, ve al grupo en especial al Edgar, sus pantalones de Jean su pecho desnudo, balanceándose en las barras, luego salta al aire y cae de pie, toda su sangre corre hacia él inconteniblemente, irresistiblemente, llenándose de emoción por el hecho que había compartido ese día con él.
-Mamá, fui invitada a una excursión al Ávila.
-¿Cuando?
Desde mañana hasta el domingo.
-¿Y las clases?
-Fueron suspendidas por los disturbios.
-¿Con quien vas?
-¡Con mis amigas!
-¿Cuales amigas?
-¡Las de siempre!
-¿Cuales amigas?
-Tatta, Gabby, la Mabel, y el grupo de la cuadra.
-Jamás de los jamases, ¡No iras!
-¿Que dices? No puedes negarme el permiso, jamás te he pedido nada, siempre he estudiado, he sido obediente, pero, eso no puedes negarlo, es muy importante para mí.
La última frase se sintió en el pasillo, junto al ruido de la cerradura, y la puerta que en ese momento se abría al ingresar el padre.
-No chica, ese grupo son malas juntas, y desde tiempo te lo quería decir.
-¿Malas juntas? Pero si, son las muchachas de siempre, pertenecen a la cuadra, ¿Qué dices?
-Son de la cuadra, sí, y los conocemos desde pequeños, pero, la gente cambia y ellos están siempre en la calle, de mal en peor.
-Papá, por favor intercede, tú, no me pueden hacer esto, estoy a punto de graduarme de bachiller, he sido siempre consecuente con ustedes, ellos son mis amigos, por favor te lo pido.
-Claro, déjala ir Matilde, ella siempre ha mostrado responsabilidad, y buen juicio.
La madre torció la mirada, guardando sus argumentos, su intuición pero, le decía que eran los tiempos de las atracciones mutuas, tiempos de las acciones naturales, donde el clamor de ser; rompe los diques de lo impuesto.
Asintió, con todos los temores que asechan a la edad.
Jazmín, corrió a la calle, emocionadamente, alegremente, tanto que no lo podía creer.
-Hola a todos, mañana voy con ustedes, ¡bien!
-Si, de acuerdo después subimos a tú casa, para preparar lo que debemos llevar, ¡okey!
El Edgar, se mecía en las barras, Luis castigaba en la barra fija, ellas hojeaban una revista de moda.
-Hasta mañana a todos.
En las mañanas de Caracas, los amaneceres se presentan multicolor, en el cielo se forman juegos policromos. El sol despunta desde oriente, se le puede ver con las montañas haciéndole de marco, el Ávila y el cielo se forman en acción indivisible en Los primeros instantes, se colorea de un intenso púrpura, luego da paso a un naranja glorioso, para luego convertirse en un cielo intensamente azul.
Antes del amanecer, el grupo cargando sus mochilas, avanza por la avenida Sanz.
Hasta la autopista que delimita el parque de la ciudad, a la montaña se accede por debajo del puente de la autopista.
Se sube un montículo por una escalera, allí termina lo urbano, el cemento, así se desvía el sendero.
-¿Nos vamos por la Julia?
-No, allá en el refugio Nº1, esta el guardabosque Acosta; últimamente se comporta de autoritario, ha cambiado mucho, y esta pidiendo permiso para acampar, marchémonos por la falsa Julia, que es mejor y más rápido, aquí salimos derecho debajo al primer Toyota.
La falsa Julia; la llaman de esa manera porque mucha gente se pierde cuando sube, creyendo que es el camino a la Julia, refugio numero Nº1 se baja en vez de subir, y hay un arrollo que baja desde el Naiquatá, el arrollo forma una cañada que sube directamente a la cima mas elevada del parque.
El esfuerzo físico, los hacia avanzar callados y en fila, no se sentía el hablar locuaz del Moncho, o las risas alocadas de la Tatta y la Gabby.
-¡Hay! Ayúdenos esto ya pesa mucho.
-¡Ya les dio la pálida a las chicas!
-Nosotras preparamos la comida, y ustedes que son más fuertes deberían cargar el peso.
-Bien, les daremos una mano.
Después de alcanzar el tercer Toyota, se llega al anfiteatro, allí las mujeres decidieron descansar, en cambio: El Edgar, Moncho, y Jesse quisieron conquistar la cima, dejando las mochilas allí.
La cima del Naiquatá, té proyecta en las mañanas hacia el gran espacio del mar de los Caribes, la vista se expande al límite máximo, hasta el límite del no ver. Entonces sé hasta donde veo.

ESE INTENSO AZUL DEL MAR, ESE INTENSO AZUL DEL CIELO; que une mis adentro, mas allá de mi entendimiento.

De regreso al acampamento base, las mujeres habían hecho un tentativo de almuerzo, con tanta impericia que los espagueti quedaron tan empegostados, que parecía una forma masacuda indefinible antiapetitosa, con el atún, pero, tomó otro sabor, con la mayonesa se volvió comestible, entre risas, y reproches todas entendieron que cocinar, no era solo entrar a la cocina, y girar una cuchara dentro una olla, charlando con la madre de los chismes del vecindario.
A Rancho grande, o refugio numero Nº4 llegaron al atardecer, el refugio era hecho de caña y bahareque, tiene una vista panorámica sobre la ciudad.
Las muchachas durmieron adentro, los muchachos afuera, no hubo tiempo ni de hacer una fogata, porque la noche, y el cansancio llegaron de inmediato.
El amanecer, allá en la cima de la montaña, es diferente; esta lleno de sonidos, los animales nocturnos que se van a dormir, y se activan los diurnos que hacen un escándalo de grandes proporciones.
El café colado, desparramó su aroma, el roció sobre las plantas evocaba sentires elevados, allí el agua es escasa, el arroyuelo es solo un hilo de poco liquido, por esa razón se busca lugares donde circule más agua.
Al día siguiente, sé continua con la excursión, se baja hasta ruta 77, y después se desvía hasta la cueva Emilia, de allí se camina debajo una tupida vegetación: es un túnel de vegetación natural, que enseguida te embarga un sentir de cobijo natural.
Cuando se llega a Paraíso perdido.
Se entra por entre dos colinas, que la exuberante vegetación apretuja, y cierra a la vista al sendero, el sendero que solo para aquellos escogidos que lo siguen entre sus distracciones de vida común.
Las colinas se aprietan entre sí, dejando solo el espacio labrado por el arroyo, el riachuelo que su sonido, abre al sentir del paisaje encantado.
Los rayos del sol se filtran desde lo alto, haz de luz que penetra entre el follaje de enormes árboles, impactando sobre las gigantescas hojas de la vegetación tropical, plantas de sombras, lugares de cobijo.
Un sentir a percepción, un abrir de los sentidos, aturdidos por la praxis del urbano.
La humedad del musgo, el agua que cae en el estaño, de estaño en estaño, hasta formar las cataratas del parque los Chorros.
El deslizar por el aire de las mariposas de intenso amarillo, flores que brotan espontáneas, las hojas que caen al remolino del estanque que se forma en el estaño.
Vida y éxtasis de una percepción interna más allá del sí mismo.
El acampamento se instala debajo de la peña del indio.
La Gabby, y la Tatta; se lanzan entre empujones, y salpicándose dentro del estaño azul, la risa fuerte y natural rompe el silencio de lo antes expuesto, expandiéndose en el ambiente, se eleva sobre la montaña entre los árboles y plantas, los animales que corren entre la maleza, vegetación baja, se paran a oír.
Las ranas, saltan fuera del estaño, por causa de la imprevista ocupación que agita, y desbordan las aguas del manantial, el ambiente en general amortigua el impacto humano.
Las aves, interrumpen el canto, agudizando su vistazo desde las ramas más altas, emiten un canto avizor que algunos sienten como preemisor, luego saltan a otras ramas, y a sus nidos en protección de sus crías.


Son, los días que vuelven en sí.
Son, los tiempos que corren a sus encuentros.
Son, los momentos que se esperan dentro la inclusión.

Los juegos que brotan espontáneos, como niños en su jardín de infancia.
El reír que se expande, entre la vegetación vaga en el éter, sin una forma precisa, mezclándose al cantar de vistosos pájaros de multicolor plumaje, aromas, sonidos que liberan al ser de regreso al Edén.
-¡Recojamos la leña, para hacer una fogata esta noche!
Jazmín, se abstrae del momento, entra dentro una geometría plana eliminando los ángulos obtusos, crea arcos y bóvedas, fuera de lo dimensional, luego sube sobre la peña del indio, observa todo ese recodo que llaman Paraíso perdido, el calor del cuerpo cede a un sentir de plenitud del cosmos interior y naturaleza, estar y agua, cuerpo y tierra, ser y luz, un rayo que baja desde lo alto de los cielos, se descompone en multicolores formas, como juego de abalorio a percepción de una herencia atávica que regresa con sentires trascendentales al espacio asignado..
Momentos en que la introspección, les catapulta dentro de nuevos entendimientos imperceptible a su conciencia urbana, van y no avanzan, miran y no ven.
Jazmín; Desde lo alto de la peña, sentada sobre la tierra rociada, percibiendo olores a musgo húmedo, inmersa dentro un vasto y complejo sistema ecosistema, se abre a la forma y a la óptica de la visión para otro acontecer.
El hablar del grupo, el gritar de las amigas, el trabajo del conjunto, le devuelve ese estatus de pertenecer al grupo, una tribu;

Como quisiera que este momento circunstancial, no pasara nunca.

La luz se retira, lentamente, deslizándose detrás del tiempo, imperceptiblemente, al común sentido, tanto que cuando la oscuridad reina en forma de totalidad, es tan natural que la conciencia; la percibe como si siempre hubiera estado así dentro de aquella oscuridad, algo propio sentires de remembranzas desde que el universo se formo, oscuridad y luz son un todo.
La leña tarda en encender, esta húmeda, la lata con kerosén no la encuentran, se encienden fósforo a continuación, continuamente se sopla, y se inhala humo que hace toser, cuanta impericia, el frió les hace moverse mas rápidamente, cuando el kerosén cae sobre la leña, despide un olor grasiento, reminiscencias de épocas del amanecer de aquellas mañanas en que la arepa, se cocía sobre el budare emanando olores mixtos junto al carburante.
Una llama, se alza conjuntamente a una explosión envuelta en una nube negra.
-¡Por fin!
La Tatta, se acerca temblando de frío, el Jesse intenta calentar una bebida, Tato y su lista, como de costumbre mete mas leña al fuego.
El Edgar, se sienta en el suelo, con las piernas cruzadas, saca un abultado paquete, y papel, abre el pucho, la hierba conservada dentro del paquete libera un aroma, emana un olor a profunda hierba aromática, calmante, la desmoña y la envuelve en papel marrón de bolsa, sacando el primero de la serie, Moncho recorta más papel para hacer un señor trabuco.
Alrededor de la fogata, se van sentando uno a uno, en círculo, seres que coinciden en un punto sideral como nómadas que habitan en los laberintos de ángulos llanos, el frío en el cuerpo llama al calor, no es como en lo urbano que cemento, bloque y asfalto retienen el calor.
Enrola un tabaco con maestría, y lo enciende directo de la fogata.
-¡A la americana! Le dan una patada (Jalada) y la pasan de una, sin apiloneo, okey.
Jala duro, para sus adentros, hasta llenar la capacidad máxima pulmonar, pasándoselo a Mabel, ella lo aspira hasta sus profundidades, y le da un arrebato de tos, aguanta y se le saltan las lagrimas, y lo pasa al Moncho, este hace que el tabaco se encienda en la punta de lo duro que inhala, y se lo pasa a la Gabby, ella jala hacia lo recóndito de sus pulmones a capacidad máxima, luego voltea el tabaco y absorbe el humo que sale de la punta, se lo entrega a Jazmín.
Ella rechaza el objeto extraño, como algo impropio, indeterminado y que no logra identificar, la Tatta que esta a su lado le dice.
-¡Dale una patada (una jalada) que es bien chica!
-¡No! No sé fumar.
-Chica jala todo pa` dentro, directo a los pulmones, ¡Facilito tú ves!
Interviene El Edgar.
-¡Dejen tranquila a esa chama!
La Gabby, mueve negativamente la cabeza, se lo pone en la mano, y le dice;
-No te rebotes chama, no seas rompe grupo, ¡Esto es bien!
Jazmín, cede a la moral de grupo, el tabaco con la punta aplastada, lo toma, y se lo lleva a los labios, siente lo humedecido por otros labios y jala, la garganta le pica, la tos no la aguanta, las lagrimas brotan, los cachetes los siente calientes, agacha la cabeza sosteniéndola entre sus brazos para buscar más fuerzas, y alza la mano con el tabaco, lo toma la Tatta que le dice:
-¡Bien, ahora le doy yo!
Lo fuma de la manera más natural, y se lo pasa a Luis, este al Edgar.

Reinicia la ronda.

De nuevo llega el turno a Jazmín, que lo inhala de nuevo, lo que más puede y lo pasa de nuevo, pero; razona ¿Para qué fuman? Sino siente que sucede nada.
En el tercer giro lo toma de nuevo Jazmín, esta vez con confianza, lo ve, luego se lo lleva a los labios, y jala el humo aspirando la cantidad máxima, lo pasa mientras se sujeta el pecho, con el antebrazo abraza la cabeza, para tomar aire.

Su mirada pasa por entre las llamas, y se encuentra con la mirada del Edgar; su sentir se subvierte: Fotones, protones, haz de espectro luminoso, noche de luna de intensos rayos argentados, duendes y hechiceras, lluvias de cintillas de polvo de estrellas, seres que deambulan en cada una de nuestras fantasías, inician a iluminar el bosque encantado, donde el si mismo alcanza su al aldilá de cada forma, en cada conciencia.
Es el momento único, el exacto lugar a unicidad mental, una luz que explota en el confín del cosmos, avanza a una velocidad sostenida, paridad pensamiento ausencia espacio tiempo, tomando posición de todo el espacio interno mental, hasta que se descompone en alfa y omega mas allá del infinito, expandiéndose, incrementándose, en una progresión ilimitada, donde no hay confines.

< ¿Pero? >
¿Hay tantos universos?

La luz que emanaba el fuego, proyectaba sus sombras hacia la piedra del indio, estas se descomponían, y desde dentro de la cueva iniciaron a llegar todos los seres que habitan en las sombras, en la medida que los pensamientos activaban las formas fantásticas.
Jazmín, resistió conteniéndole dentro de sí, y luego expulso el humo, el cuál se convirtió en miles de estrellitas multicolor, formas subversivas del sentir inmanente cuando por asíntesis entra en lo trascendente.
Entonces, El Edgar se levantó, y su figura se acreció por la acción de la luz que proyectan las llamas, ella lo vio y deseo lo vivido, como desde el futuro transitivo del traspasado remoto, convirtiéndose en amor de cercanía correspondido, él pasó entre las llamas de la fogata, justamente el fuego que ella alimentaba, día a día desde el primer día, la tomó de la mano rompiendo el circulo de la fraternidad constituida.
Se alzaron en vuelo por sobre la peña del indio, hasta la cima de un frondoso árbol donde al posarse, él, posó sobre sus labios, el primer y único sentir que ella deseaba en conjugación del verbo amar en todos sus tiempos, sobre su piel deslizo sus manos, sobre una textura virgen de amor en tiempos de inocencia, deseos que abarcan una vida, trascienden una época, lo único que se deseó desde siempre, amores en lugares no pre-establecidos, cuando la tierra y los seres vivían al abierto, sin fronteras, sin obstáculos, sin inhibiciones.
Podía ella sentir, el latir profundo de un pueblo nuevo, podía probar todo el calor del mar de los Caribes, lo incandescente del primer acto, mientras sobre ellos un cielo estrellado daba esencia y deleite a los tiempos inmaduros del verbo amar.

Son dos cuerpos en un solo espíritu.
Son tiempos, que esencia y piel alcanzan el clímax.
Son los gestos y los movimientos, que se forma en uno.
Son los gestos y los movimientos, que hacen de dos, uno.
Son los deseos alcanzados, en el paraje encantado de su primer amor.

Cuando mucho después, juntos alcanzaron el amanecer, la luz del sol trajo orden, y cordura al espacio del plano dado, en forma de despertar no deseado, el lugar a primera vista era un área de desastre, cosas tiradas dejadas a su abandono, cuerpos inertes durmientes, aquí y allá, solo el Moncho que aun hablaba con Tapirini, un ser mágico que se ve solo en las noches de plenilunio, permanecía en vigilia transparente.
Como una flor que se abre, Jazmín despertó, y Edgar la beso de nuevo, luego se alejó. Cuán inmenso es solo un instante, entonces una lagrima deslizó de su mejilla, y al caer en la tierra brotó una nueva flor, que la llamaron compromiso, por lo que se debía esperar en todos los hechos, y los advenimientos futuros que corrían hacia ellos, tiempos inmaduros del verbo estar.
El campamento lo levantaron en la tarde, les embargaba el sentimiento de siempre; regresar a lo urbano, recaer en el anonimato de los hechos impropios, convivir con lo impuesto.
Cuando llegaron a la cueva Emilia, tomaron hacia la derecha el camino hacia la Pica, del bosque se sale a una loma y enseguida se descubre la ciudad.
El bajar es lento, pausado, involuntario, cada quien dentro de sí, ansiaba tomar.

El largo camino para regresar a casa.

Unos esperaban un OVNI, otros un desastre natural, un caballero alado, así se multiplicaban las fantasías, dentro de los deseos reprimidos.
Jazmín, avanzaba sin mas, desde que sintió que por él, batía duro su corazón, todo el resto, el universo entero, no tenia un sentido practico inmediato, pues Edgar ocupaba todo su espacio mental desde allí hasta la eternidad.
Al llegar a la cuadra, sucios, hediondos a tierra y kerosén, cada quien se retiró a lo suyo, pero, antes.
El Edgar, se acerco a Jazmín y le dijo:
-Mira niñita; tú eres una chama bien, lo que pasó allá arriba, allá se quedo en lo alto, porque aquí, muñeca linda, no hay cabida a este sentimiento, que todo permanezca en áreas de olvido, aquí abajo, sola con este amor, vas a sufrir que jode, princesa encantada.
Ella, lo entendió de esa manera, como su causa natural, pero, dentro de sí, conservó la esencia de aquella experiencia por antonomasia de su vivir, basta con verte para seguir profesando un sentir sin limites.
Bastó entrar en casa, y la madre, la escudriñó con una mirada que descifró lo ocurrido.
Jazmín bajo la cabeza, a ella no le importaba nada, entro en su habitación y encendió la luz, luego se asomó a la ventana, y vio a los muchachos del grupo sentados, charlando y haciendo barra. La sosegaba el hecho que ellos estaban allí.
El lunes, la primera noticia que corrió por la cuadra fue:
Las clases son suspendidas hasta los exámenes finales, en la cuadra no podían creer a tanto jubilo, los días se alternaban en la disco, la nocturna, era algo nuevo que los hacia sentir de lleno en lo cotidiano de la city, los amaneceres en la playa, vestidos de discotequeros con trajes de baños improvisados...
Ella desde su ventana los veía, contemplando lo que ella no podía compartir por las obligaciones impuestas, el Edgar, meciéndose en la barra o en las paralelas sin franela, con su cabello largo, siempre alegre, y optimista; ahora en patineta, otras en bicicleta, luego en moto, haciendo acrobacias. (Rigurosamente expropiada a la confianza publica).
En parrilladas, iban unas veces la Mabel, otras la Gaby, la Tata, Corina, Rosy, Yuleima; ella no, era la ultima de la cuadra.
Ella estudiaba, y confiaba en aquel primer amor, un símbolo elevado al altar de la devoción, dentro de la lealtad unilateral.

Cuando las amigas de la cuadra, en la escalera o caminado hacia el parquecito Sanz, donde la encontraban, le recomendaban todas las estrategias para los exámenes finales, la cuadra era bastante armónica por complicidad de generación, eran cómplice de ese normal vivir adolescencial, sola la Daisy y sus reproches rompían la camaradería.
Los días de exámenes, Jazmín perdía un buen tiempo despertando a las amigas, que ni siguieran se recordaban el día en el cual despertaban.
Cuando llegó el fin de año, y con ello los exámenes finales, los liceístas hierven de nerviosismo en especial, los que estaban en quinto año.
Las amigas se escribían las chuletas, (las notas de lo que no sabían, que al anotarlas, ya las habían estudiado) en las piernas, en papelitos que los escondían en todos lados, al entrar los salones tenían los pupitres mas alejados de los normal, el ambiente de clase era tenso, la prueba al iniciar hay alumnos que se aplican, otros esperan a la caballería, de esa manera Jazmín contestaba, y cedía las preguntas contestadas.
Daisy, pero no estaba de acuerdo que el esfuerzo individual, se convierta en relajo colectivo.
Chuletas, y notas se alternaban con la complicidad de todo el estudiantado, con desesperación y algún llanto, cuando los profesores pasaban como santos inquisidores, olvidando las veces que ellos se copiaron a su vez, secuestrando pruebas, y tachando hojas.

Educación represiva, autentica violencia de sistema, sobre el educando.

Los exámenes concluyeron, y la Daisy hablo con el Director, y se comprobó que la Tatta, Mabel, y la Gabby se habían copiado de Jazmín.
A Edgar, lo rasparon de la A a la Z, Moncho aplazado con máxima prueba de deficiencia adquirida, Jesse insuficiencia crónica en todas las materias.
En los días de la promoción o del aplazamiento, los estudiantes se rayaban las camisas, punto máximo de la fiesta estudiantil, como una fiesta de los pueblos; porque ya es una tradición de diferentes generaciones.
El caos fue cuando expusieron las notas. Jazmín fue la mejor de la clase, ellos en cambio reflejaban el desastre del sistema educativo, junto a la ausencia de políticas sociales.
En un acto de último minuto, Daisy se acerco al grupo y les dijo:
-¡Que les paso banda de los protestantes! ¿No aprobaron? Ahora tienen otro año más, para hacer huelgas ilegales, y sabotear a los que si, quieren progresar.
-Chica la verdad, verdaita, te diré; que solo con verte me eres antipática.
-Tienes un rencor social con la cuadra, rolo de enrollada.
La alegría se difundía por todo el plantel educativo, se continuaba a rayar camisas, se pintaban cachetes con frases, y nombres, pero, el grupo de la cuadra, estaba en el propio frikeo in, inside, sin poderlo, ni siquiera definirlo, cruzan el portón del plantel con la moral arrastrándola por el suelo.

Son, los tiempos que nos llaman.
Son, los momentos de derrumbes.
Son las acciones que se retroalimentan.
Son, las piedras que caen formando trancas, en los senderos.
Son las formas que cultivamos y que nos catapultan a áreas del olvido.

Caminaban con orientación completamente desorientada, el Edgar se ponía el cuaderno en el bolsillo de atrás, luego lo tomaba de nuevo, y lo batía contra la palma de la mano.
De nuevo en la cuadra, comentaban la catástrofe natural que se les acercaba.
-Chamo, me van a botar de la casa.
-Ni me lo digas a mí, desde hace un mes, que me dan el ultimátum todos los días.
-¡Na guara! Se acabo el chuleo de familia, ahora hay que rebuscarse.
-No, puedo creerlo que nosotros solo fuimos aplazados.
-¡Créalo, es la realidad amistad!
-No juegues; allí pasan hasta los burros, ¡y a nosotros nos dieron matita de café!
La Tatta lloraba, y luego exclamaba;
-¡Me van a llevar a la finca de castigo!
-Dígame eso, ahora todos van para la universidad, que es tremenda rumba, y nosotros nos quedamos por fuera como la guayabera.
-Claro perdimos el estribo, abatidos por tierra.
-¿No se puede hacer algo?
-¿Cómo que?
-Te acuerdas del Erni de la Yaracuy; se tumbó unos diplomas, y las notas certificadas, y se fue al exterior a estudiar.
-Si, pero si te los tumbas, aquí no sirven.
-Claro, hay que llevar todas las notas certificadas, y no te digo lo complicado que es, que si las pierdes para inscribirte en la universidad es un rollo de NASA y todo.
-¡Como! Si se te pierden las notas.
-Sí, tiene que ir a Carmelitas a buscarlas en el archivo.
-¿No podrían ir a la universidad?
-¿Quien?
-¿Los que no tienen las notas?
Entonces, El Edgar se levanto de sobresalto, y dijo;
-Ya esta, nosotros no vamos a la universidad, entonces ellos tampoco.
-¿Que vamos a hacer?
-Nos vamos de hurto.
-¿Que es de hurto?
-¡Vamos a sabotearles la fiesta a los demás, de envidia, y todo!
No hubo más que decir y todos entendieron, el resto de la historia.
El Edgar, acompañado del Moncho, subieron a hablar con el guachimán que custodiaba el edificio Paramaconi que estaba en construcción.
-¡Epa guachimán!
-¿Dígame muchachos, me trajeron una marimba, pa’ fumar?
-¡Claro! Pero, haznos un favor, préstame una cizalla, y una pata de cabra.
-¡Caray, muchachos no faltaba más!
En la noche se fueron de descobre, entraron al liceo, porque este funcionaba como liceo nocturno, abrieron el laboratorio de química, y desde la ventana caminaron por la cornisa, hasta el techo desde allí penetraron a la oficina, cortando las barras de la ventana.
Cuando abrieron los estantes, estaban todos los diplomas para ser entregados, las notas certificadas con sus fotos, las notas certificadas de ellos estaban todas con letras rojas, y fueron las primeras que destruyeron.
-Miren allí esta la de Daisy; ¡Enemiga numero una del pueblo, Carajo!
-¡Rómpelas, ja, ja, ja que alegría, tú ves! 
Casi todas las certificaciones fueron destruidas, El Edgar encontró la de Jazmín.
-¡Esta no, la chama es pana!
-¡Claro! Esta también es pana, la Caula.
Lo que se salvaron fueron pocos.
Al llegar a la cuadra, hicieron una fogata en el monte, en que había caído el parquecito de la avenida Sanz.
Los días se intercambian así mismos, uno a tras de otro, mientras Jazmín, seguía sus estudios universitarios, su luz encendida iluminaba la cuadra cada día, en su interior idealizaba, lo que sus amigos vivían a diario.
-Caballeros que pelazón. (Sin dinero) ¿Qué vamos hacer?
-Estamos fritos, en la vía, y sin futuro.
Oigan esta; el Caliche Víctor, regreso de Cúcuta con unas libras de mafafa (marihuana) dice que si le damos mil bolo, nos da dos libras y media y nos fía unas cuatro libras más.
-¿Seis libras y media? Un poder, congiale.
-Si, ¿Cómo conseguimos esos mil bolos?
-¡Vámonos de rebusque!
-Claro tengo un pedido; Jaime me pidió un repro (Reproductor) y 4 cauchos de Jeep Comando, y nos da doscientos bolos, el resto del dinero se deja colar de la misma manera.
-Claro, más claro no canta un gallo, hay que darle de una, irse de hurto en los estacionamientos.
-Pero, es toda gente que conocemos, y nuestros ¡familiares!
-Bien, al primero que le doy, es al carro de mi papá.
-¡Miren! Nosotros aquí hemos protegiendo la cuadra, que no la asaltaran, y no robaran los estacionamientos, pero, ahora esto esta de ¡Patria o muerte!
Estamos en la vía, botados de casa, durmiendo en la azotea de los edificios, tenemos que hacer algo para pararnos, el jibareo de malanga da, si no tienen que irla a conectarla en el barrio y allá muchas veces hay tumbe (atracos)
-¡Esta bien vale! ¡Plomo con el cunaguaro!
-Bueno esto es así, tráete unos destornilladores de estrías, y planos, unos alicates no hay que dejar uno solo, el pueblo esta sufrido y doliente.
-¡Bien las jevas, a cantar la zona!
Jazmín desde su ventana los ve entrar en los estacionamientos, y como abrían los carros, mutilándoles la antena de la radio, que después le servia de garfio para abrirlos, que mal pensó.
El desmantele de los estacionamientos de los 9 edificios de la cuadra, dio un buen botín, desde ese día la banda de los protestantes se declaraba en anarquía, contra toda forma de gobierno, por lo tanto rompían la paz social reinante en la cuadra.
Razonándola;

Tú estas bien, yo estoy mal.
Ahora tú vas a estar mal, y yo voy a mejorar.
De esta manera, razón incluida; todos estamos iguales.

Los comentarios, después de ser descubierto el saqueo de los vehículos, en los hogares de la cuadra, eran duros y los principales sospechosos eran ellos.
Jazmín, sintió como propia la indignación de la mamá, al descubrir que le habían robados los neumáticos nuevos, y el reproductor Pionier con los cassett de música clásica.
El negocio se lleva a cabo, con el Caliche Víctor este dio un total de 10 libras de marihuana amarilla colombiana, calidad de exportación.
Sobre el techo del estacionamiento, se reunieron a empapelar (Empaquetar) la hierba, pero, a falta de papel decidieron comprar periódicos.
-Mira no hay periódico a esta hora.
-¡Que rollo! ¿Cómo vamos a empapelar?
-Gabby, tú que tienes una buena charla de religión, cáele a los evangelistas, y les pide unas Biblias.
-¡Bien! Vente Mabel para pedirles dos, diles a ellos como yo, que estamos haciendo estudio bíblico.
-Que tal hermanos, ¡Gloria a DIOS!
-¡Gloria a DIOS! Hermana en que podemos asistirla.
-Ves, que yo y mi amiga, estamos reconociendo a nuestro señor Jesucristo, y queremos hacer curso Bíblico, si ustedes nos facilitasen una Biblia a cada uno de nosotras, le estaremos eternamente agradecidas.
-¡Con gusto hermana! Es nuestra misión difundir la palabra.
El buen pastor, saca de su maletín una copia de la Biblia, donde esta en forma de escritura; la palabra de DIOS.
-¡Hermanas! Rezaremos por ustedes, que DIOS les haga encontrar la senda de la verdad.
Gabby, sintió un llamado, Mabel bajo la cabeza medio abochornada, luego tomaron los textos, y corrieron al grupo.
-¡Gabby! ¿Que charla fina donde la aprehendiste?
-Mi mamá es evangelista, desde pequeña fui instruida en la palabra, haciendo varios cursos bíblicos.
-Entonces no hace efecto, ¿Pues te desvías de la palabra?
-Claro que hace efecto, pero son infinitas las sendas del señor.
-¿No entiendo chica?
-El quiere ver hasta donde llegó.
-¿Quien?
-DIOS, veras, él, habla a cada uno de nosotros en manera diferente, y en eso consiste que cada cuál siente un llamado diferente, hasta que es alcanzado por la gracia, solo por ellas se es salvo.
-Que alivio, entonces esperare su llamado.
Los textos, son despojados de las hojas, rellenadas de la hierba y cerradas, haciendo papeletas, pero es inevitable que ciertas frases se cuelen, y lleguen a la mente.

”Una fe sin vida, sin obras prodigiosas del amor, no es fe.”

Las mujeres, toman la hierba y con tijeras la cortan y la desmoñan, los varones la empapelan.
Gabby, le pasa una hoja a Mabel, y ella lee.

“Porque sois salvo por la gracia, y no por vuestras obras para que no os vanagloriéis.”

-¡Hazte, un tabaco Moncho y nos lo pasas!
La voz se corre por barrios, y urbanizaciones;
“Se prendió un jibareo en la cuadra del convento 1”
Llegan a toda hora, hacen un silbido seco hacia dentro, es la señal que hace el conejo, al jíbaro. (Conejo = comprador---- el Jíbaro = vendedor)
-¿Cuantas son?
-¿De a como son?
-Son todas pencas de a 5, pero resueltas de a dos tabacos.
-¿Lánzame 4?
-Tira, las munas.
-¡Epa! Amista ¡El Edgar!
-Edgar te llaman allí.
-¿Quien?
-El animal de la California.
-¿Que es lo que ananimal?
Dame 10 y té pago 4 que estoy frito.
-¡No juegues pues! ¡Ananimal! La propia ruina.
El Jipareo, los pone de noche y de día, en el centro de la atención, todos los buscan y los invitan en todas las rumbas, ahora tienen un poder. (El que tiene mucha droga)
-Mira, el Cheito del Márquez de atrás, quiere dos, Edgar.
-No se las cobres, que él pinta esta en la vía como nosotros, ¡bien!
-¡Bien Cheito! Te la brindamos, tranquilo es la misma gente, ¡No hay guiro!
-Una deuda amistad, con ustedes, bien por esta segunda.
Desde la ventana, la luz iluminaba ciertas imágenes, era inevitable que los de la cuadra miraran en esa dirección, de vez en cuando, había un anhelo incluido. Una seguridad implícita.
-Esa Jazmín, ¡No apaga nunca esa luz, chamo! ¿No te has dado cuenta?
El Edgar voltea, y se encuentra con aquella mirada de lejanía aun correspondida.
-¡Sí! Es una ventana triste.
-Esta que se gradúa de abogada, una chica inteligente; La primera de la clase siempre.
-Si, pero la ultima de la cuadra, ya no asoma con nosotros.
-¿Porque abra estudiado leyes?
-No, se tendrá ganas de defender.
-Miren muchachos, nos vemos en la disco Mónaco, frente a Bellas artes, esta vibrando bien, nosotros nos llevamos unas papeletas, tráiganse ustedes otras.
-Vamonos de rumba, ¿Qué más?
En la discoteca Mónaco, se encontraba en aquellos tiempos, toda la fauna y la flora que deambulaba en la nocturna, un bailar ensortijado, llenos de estímulos psíquico-físico-químico, disputando espacio a la noche, tiempos a la cuotidiana de la vida, vidas que van seres que divagan.
Las redadas, pero, son las que rompen el hilo constitucional del propio andar, entonces las prefecturas son la morada habitual de quien quieren andar en lo estrictamente suyo, sin dar preámbulo a ninguno, aquellos sitios cerrados, lugares de promiscuidad, olores a creolina y meao rancio, las noches al filo del chuzo, disputando una partida de dados.
Otras mañanas, se amanece en el litoral en carros confiscados a la confianza pública, son los días en que se vive al abierto, sin una predestinación de cuando es amplio el espacio expropiado a lo establecido del condicionamiento socio-cultural.
-¿Edgar sabes la última? Estamos invitados a una fiesta de graduación de la facultad de derecho.
-¡Sí! ¿Y quien se gradúa?
-La Jazmín, y nos invito a todos.
Las graduaciones universitarias que se respecten en Caracas, normalmente las celebran en él circulo militar, esta se realizaba en el salón Bolívar.
Él la vio lejos, muy lejos, radiante, bella, lozana, como algo que es bueno, y no merece la pena que se eche a perder.
Ella en cambio, lo vio en ángulo oblicuó de condiciones adversas, como el ideal inmaduro del primer beso, el único, aquel que se conserva en el mejor de los lugares, que nadie, ni nada, jamás pueda perturbarlo.

Son, los avances del ser.
Son, las perturbaciones del diario vivir.
Son, los ideales que se conservan como horizonte.
Son, las formas que se conserva como el primer resplandor de luz que aparece al amanecer.

-¡Vamanos de aquí, que ambiente zanahoria Gabby! A rumbear a la nocturna esta es la propia fiesta de sifrinos.
-Tienes razón, ¡Mabel de lo último!
-Tremenda corta nota.
-La verdad, parece una fiesta de viejos.
-Si esta rumba, se parece a las verbenas de los colegios de monjas.
Se marcharon, dejando a cada quien en lo suyo.
La risa del grupo, el olvido en tiempo presente, dentro la conjugación yo fui, de la conjugación, quiero ser.
La nocturna es el refugio del que anda en lo diferente, pasos ya andados del que hoy es forma, y presagio del avenir.
En la cuadra, el jibareo había bajado sustancialmente, las cosas cambiaban, los jóvenes viven las novedades continuamente, y con ellos las sustancias de consumo; llegaron las pepas (psico-trópicos), el perico (alcaloide)
Por ese entonces en la city, todos buscaban el speed, como si de repente todos querían ir más rápido, a más velocidad.
-¡Ese Edgar! Te esta buscando el Caliche Víctor.
-¿Dígame amistad, que es lo qué?
-Tengo un bisne, necesito unos caravaneros, para llevar unos carros chimbos legales (con los papeles arreglados) para el otro lado de la línea. (A Colombia).
-¿Cuantos carros son?
-Son 4 todos papeleados, y pago con coca, pero, la propia melcocha, ¿Qué dices?
-Dame un chance, que voy a consultar.
El grupo se reúne, y opta sin medir consecuencias, ni peligro, todos estuvieron de acuerdo en llevar los vehículos a Cúcuta.
-¡Bien, no se hable más! ¿Dónde los tienes?
-En la urbanización el Cementerio, vente conmigo para que te los traigas a la cuadra.
Cuando, los vehículos entraron a la cuadra, iniciaron a picar cauchos y hacer acrobacias. La Jazmín, observaba desde su ventana todo aquel ruido, mientras oía a su madre que por teléfono hablaba con las vecinas del ruido, y la agitación.
-¿De donde sacan el dinero esos muchachos?
-Seguramente son robados.
Jazmín le dolía, pero luego, contestaba que se los prestaban sus amigos.
La caravana de 4 vehículos y los tripulantes iban en pareja.
El Jesse, con la Rosy.
El Edgar, con la Mabel.
El Nelson, con la Tatta.
El Moncho, con la Gabby.
Se vistieron como si fueran a un desfile de moda, de lo más rebuscados, como creían que debían vestirse personas que llevaban carros de lujos.
El destino, la ciudad de Cúcuta desde Caracas, llegar es prácticamente una Odisea en do mayor, por las tantas alcabalas que hay.
-¡Conchale! Nelson estos tacones, me están matando ¡no, jugué!
-¿No querías lucir, de señorona de la Jai?
-Bueno, hay que vestirse con una pinta para deslumbrar en las alcabalas. ¿O no?
La autopista, hacia occidente a esa hora de la mañana, esta ya bien transitada, ellos iban a una velocidad excesiva por los piques entre carros.
Varias alcabalas, las pasaron sin ser detenidos, en otras los papeles estaban en orden, cuando pero, llegaron a la alcabala de Peralcá en San Antonio del Táchira, había un operativo y les hicieron la señal de detenerse.
-¡A la derecha ciudadano! apague el vehículo, y bajase de la unidad con los documentos en manos, eran un operativo grande, Policía Técnica Judicial y Guardia Nacional formando un reten, y habían ya 50 vehículos detenidos.
Moncho, pero, piso el acelerador al máximo, los otros que iban llegando lo imitaron, en él termino que les concedió la distancia, y la Guardia Nacional delante de semejante desacato a la autoridad, cargo los fusiles y les disparo; Los impactos de proyectiles, eran tremendos contra la carrocería, y los vidrios saltaban al aire, aumentando el efecto impacto, y esto los hacia apretar aún más el acelerador, para la línea fronteriza faltaban 5 kilómetros, y un puesto de la Guardia Nacional, que los esperaron con los fusiles montados, y abrieron fuego en lo inmediato, al carro del Edgar le explotaron los cauchos, y se derrapo, los guardias saltaron a un lado, rodando por el asfalto, el vehículo impacto contra el muro del portón, entrada a la nación.

En plena confusión del auto incendiándose, la tierra que levantó una nube, se baja, arrastrando a la Mabel, por el pavimento, entre sus lamentos y la sangre que derramaba.
El Jesse venia de ultimo, vaciló la escena, calculo el tiempo se freno.
-Súbanse, ¡Rápidamente! ¡No joda!
El Edgar, empuja a la Mabel dentro, pero no logra montarse en el carro, el Jesse en la misma que freno, arranca full acelerada, la puerta quedo abierta, y la Mabel se le sale una pierna, Rosy la sujeta por un brazo a la amiga, y grita desesperada delante lo inevitable.
-¡Aguántate por favor!
Cuando, el Edgar es alcanzado por varios guardias, lo golpean y lo lanzan al pavimento entre peinillazos y patadas, llego a un último razonamiento que tantos años de manifestaciones estudiantiles, ni un rolazo y en esta, de una me dan de todo.
Rosy sujetando a la Mabel ve la escena envuelta en polvo que alza el vehículo a toda marcha.
Lo alzan a empujones y patadas, le meten los ganchos (esposas) y lo montan en una unidad, para trasportarlo al comando.
Los de la cuadra llegan a la plaza Santander, como era pactado, el Caliche ve los carros y les dice:
-¿La propia guerra muchachos? Pero es lo de menos, es solo latonería y pintura, el grupo estaba helado con solo imaginarse la que estaría pasando el Edgar, Mabel lloraba desconsoladamente.
El Comandante del destacamento, un hombre de las instituciones, amaestrado como lo que saben hacer, martirizar al pueblo, le hace algunas preguntas.
-¿Es usted, miembro de algún grupo subversivo?
-¿Cuál es su grado, y funciones en la guerrilla?
El Edgar aturdido no entiende, después es entregado a una comisión del DIM: (División de Inteligencia Militar: El yugo sobre el pueblo).
-¿Este es el guerrillero?
-Así parece, lanzaron un ataque contra el comando.
Edgar no entendió bien, lo que sí sintió fue una descarga de golpe, luego cuando estaba desnudo, esposado colgando a una barra con los pies sobre un ring, y las cargas de electricidad lo hacían templar; recordó que si no hablas, son solo 8 días de dolor.
Los días pasaron, y se le complico la situación, el cuerpo de seguridad no lo aflojaba, incomunicado y sin orden de detención no hubo manera de localizarlo.
En la cuadra, la tristeza se le sentía a los del grupo, tanto que la Jazmín al no ver al Edgar, junto a ellos bajo a preguntar.
La noticia le causo pavor, temió perderlo para siempre, fue en ese momento, en que en ella llegó la claridad de ese acto natural, que trasbordo sus deseos, su quietud de conformismo burgués, y su anhelo de verlo solo desde la ventana.
Con las amigas fueron al parque del oeste, en el fondo de este, se alza el edificio del Reten de los Flores de Catia; Ofensa a los pueblos.
Solo con verlo daba para desmayarse, un templo al horror, trapos y latas que guindaban de las ventanas, manos que se asomaban a las ventanas entre las rejas, cientos, miles de manos blancas, morenas, negras, cobrizas, todos los colores de mi tierra.

Manos de pueblo.
Manos que pedían.
Manos amenazantes armadas de chuzos.
Manos que imploraban perdón a la amada.
Manos que gesticulaban, mensajes escritos en el aire.
Manos de generaciones vacías, sostenidas en cadenas.

Un viento, les trajo una bocada de aire, olor de creolina, excremento, y meao rancio, que le hace cerrar los sentidos.
-¡DIOS! Como se puede vivir así.
-¡Mija! Usted, mi niña no ha visto nada, si entras allí, el día de visita no vuelves a creer en nadien, allí adentro el diablo fue despojado de la cola, hay una maldad, que ni en la quinta paila del infierno.
Mabel, trae la noticia que allá dentro no se encuentra.
-¡DIOS que antro! Se dijo para sus adentros, y allí en ese instante sigilo herméticamente el sentir, que no podía ocupar ningún otro ser dentro de sí.
De regreso en casa la esperaba el novio, y ese día cargando un gran pesar dentro de si, decidió casarse a sentimiento muerto, no se puede ir detrás de un fantasma, la madre celebra el buen juicio de su hija.
-Jazmín, hoy me siento orgullosa de ti, porque él es el hombre ideal, joven, graduado, de buena familia.
Luego se asomó a la ventana, al ver las barras solitarias, sentir en aquella imagen el reflejo de amor lejano, que las circunstancias lo convertían en espacios paralelos.
Extraída del contexto, oyó cuando el novio decía que había comprado casa en La urbanización Miranda para mudarse una vez casados, y salió de su habitación e enfáticamente le dijo;
-De este apartamento no me mudo, tácita e implícitamente aquí he nacido, y no me encontraría bien en ningún otro lugar.
La boda estuvo entre los eventos del año, la pareja lucia esplendorosamente, él un poco gordito, con un poco de calva, pero estaba entre los renglones de mejor pareja.
El suegro como obsequio matrimonial, le consiguió la designación de fiscal a Jazmín, como Fiscal Decimocuarto en lo Penal del Distrito Federal y del Estado Miranda.
Edgar, en ese momento llegó al centro penitenciario de oriente, se bajo del autobús al trote, esposado a otro compatriota del sufrimiento, lo alojaron en el pabellón de los ñangaras (subversivos) tenia una bolsa en la mano con sus enseres, estaba flaco-Biafra, estrictamente pellejo guindando sobre los huesos, eran ocho meses de paliza continua, e oficialmente ni existía, en la penitenciaria hablaba poco, solo caminaba en circulo; como paseos en patio de prisión.
Mirando el alto de los cielos, con el oído atento a las constantes requisas, y castigos colectivos, como una vez que se hallaba oyendo la charla de adoctrinamiento del comandante Jerónimo; sobre como la Bota Imperialista Americana, subyugaba nuestra nación. Algo interesante se dijo.
De pronto se oyó un grito que anunciaba;
¡La Móvil! (Brigada Especial de la Guardia Nacional mala conducta de la mala conducta)
Como un huracán de alimañas, entraron varios pelotones de la Guardia Nacional, destruyendo todo a su paso (lo poco que había)
-¡¡¡Todos desnudos, y cara hacia la pared!!!
Como un relámpago, las penillas caían sobre la probada piel, luego la orden de ponerse cara al piso, mientras los guardias, les pasaban por encima, pisoteándolos, humillándolos, en ese momento la mirada del Edgar, encruzaron la del comandante Jerónimo y viéndolo fijamente, le exclamo;
-¡No, comandante! Jerónimo; las botas que oprimen hoy, al pueblo de Venezuela, no son del invasor gringo, sino del Ejercito de Venezuela. (Divisa sin Honor).
Ayer, como hoy; la lucha es contra el autoritarismo.
La penilla al chocar con la carne, le arrancó un grito de dolor.
Lejos, en la capital.
En horas de la mañana.
La Fiscal Decimocuarto en lo Penal, llega al archivo de la central de la Policía Técnica Judicial, en parque Carabobo.
-Buenos días, podría ubicar este ciudadano por favor funcionario.
Le extiende una cartilla.

Datos personales de;
Edgar Luís Martínez Colmenares C.I.V. 4.556.789.
Lugar de nacimiento; Caracas.
Fecha de nacimiento; 3 de Septiembre 1960

El funcionario toma la cartilla e ingresa los datos en el sistema, en breve minutos de búsqueda, le dice;

-¡No aparece doctora!
-¿Cómo no aparece, no esta detenido?
-No, no hay nada de él, en el sistema.
Ella se extraña.
-¡Pero no puede ser! ¿Podría hacer otro tipo de búsqueda en el sistema?
-¿Cómo cuál?
Un funcionario que estaba al lado acoto.
-Haz una búsqueda con sus huellas digitales.
-Entonces tendrá que ser remitido al archivo dactiloscópico.
-Muy bien, por favor remitir el éxito de la investigación a mi despacho del Fiscal Decimocuarto en lo Penal.

Después de varios días, llega el informe a la Fiscalía Decimocuarta en lo Penal.

MINISTERIO DE JUSTICIA
(De todas las injusticias)
DIRECCIÓN DE POLICÍA TÉCNICA JUDICIAL


Informe de la investigación dactiloscópica.
Del ciudadano; Edgar Luís Martínez Colmenares C.I.V. 4.556.798.
El susodicho ciudadano, esta siendo juzgado por los tribunales militares por presunta rebelión militar contra el gobierno establecido.
División de dactiloscopia; del Cuerpo Técnico de Policía Judicial.

Ella toma la información, como algo delicado, un cristal, un niño durmiente que no debe ser despertado.

Son, los días que avanzan en contradictorio.
Son, las formas ocultas que se proponen una y otra vez.
Son, esos momentos que el instante es contrario al sí mismo.

Ese día, llego a casa con el alma hipotecada, y la vida girándole en contra, cansada, con la frustración de vivir en una sociedad profundamente injusta, abrió su habitación y encontró la luz apagada, en un instante toda sus temores le llegaron de golpe, la encendió en medio del más absoluto temor, como cuando se es niño, el miedo a la oscuridad.
-¡Oye! ¿Porque apagaste la luz?
-¿Que hace la luz encendida de día, no entiendo yo?
-Esa luz no debe apagarse nunca, debe estar encendida con los primeros rayos que emite la oscuridad, ¿entendiste?
-¿Primeros rayos que emite la oscuridad? ¡Sta loca!
-Lo que pienses, no esta en el orden de las cosas, sucede que esa luz debe permanecer encendida.
-Bien, pero, para mí es todo una manía que tienes con esta cuadra.
-Manía o no manía, deja esa luz siempre encendida, porque siempre habrá una razón lógica para hacer una cosa.
-¿Sí lógica? Aun ilógica.

¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬La Fiscal Decimocuarta en lo Penal; toma declaraciones por el delito de secuestro de estado a los ciudadanos:
A Jesús Alberto Gutiérrez Alarcón. (Jesse)
A Rosa linda Elena Marcano Rodríguez. (Rosy)
A Mabel Virginia Barrios Caldera.
Por el presunto delito de secuestro de estado, perpetrado contra el ciudadano:
Edgar Luís Martínez Colmenares C.I.V. 4.556.789.
Hechos ocurridos; en la ciudad de San Antonio del Táchira, en la puerta de entrada a Venezuela, por las fuerzas represivas de la Guardia Nacional, el día 28/10/1975; año del olvido de los pueblos.
Remítase a la fiscalía de la jurisdicción militar.

Ministerio de la Defensa.
(Abuso sobre los pueblos)
El Fiscal Tercero de la Jurisdicción Militar.

Responde; que el ciudadano confesó su participación en el ataque, a un cuartel de la guardia nacional.
Bien, dijo ella, apaciguándose dentro de si, ahora reconocen que lo tienen bajo secuestro.

Ministerio de Justicia.
(De todas las injusticias)
Fiscalia Decimocuarta del Distrito Federal y Estado Miranda.

Petición de sobreseimiento de causa, a favor del ciudadano: Edgar Luís Martínez Colmenares C.I.V. 4.556.789.
Al tribunal tercero de la jurisdicción militar; Este despacho del Fiscal Decimocuarto en lo Penal, tiene conocimiento y testimonios, que el susodicho ciudadano fue detenido a raíz de un choque de vehículos, en la puerta de entrada a Venezuela, por lo tanto se exige que sea reintegrado a la jurisdicción civil.

Ministerio de la Defensa.
(Abuso sobre los pueblos)
Tribunal Tercero de la Jurisdicción Militar.

Luego de examinar el expediente Nº 4156 del ciudadano; Edgar Luís Martínez Colmenares C.I.V. 4.556.789.
Se determina la liberación del ciudadano por falta de pruebas.

Allá, en el Centro Penitenciario de Oriente, en las tardes calurosas que azota aquellas tierras, llega un llamado.
-Oído a los detenidos, el ciudadano; ¡Edgar Luís Martínez Colmenares!
El nombre es repetido varias veces, el Edgar abstraído dentro de si mismo, no oye el llamado hasta que un compañero le dice.
-¿Compañero, y usted no se llama Edgar?
-¡Sí!
Entonces, siente como remerge de dentro de él, un ser anclado en alguna forma inclusa en áreas de olvido, donde lo lleva la negación de ser.

-¡Soy yo!
-¡Venga!
Siguió, al funcionario a diferentes departamentos, llevando oficios y papelería, tomándole huellas y firma.

Cuando el portón de la penitenciaria se cerró detrás de él, de frente se abría una gran extensión de tierra, como nunca su vista había admirado en estos años de cautiverio, avanzo con paso tremulante, una alegría, y una tristeza se alternaban en sus emociones, unidas en una conmoción que le arrancó una lagrima, bastante limpia como para mirar en alto y al frente, hasta donde el hombre llega enarbolando la dignidad de un pueblo.
“¡La cuadra!” Se recordó, es mi lugar.

Un largo camino a casa, por la parte más dolorosa del ser, reconocerse a si mismo.

Tardó, varios días en llegar, pidiendo colas a camioneros, caminando a la orilla de la carretera, por tierras baldías donde él, su ser eran en destierro.
Era de madrugada, cuando el camionero lo deja en la autopista del este, debajo del puente peatonal que une a las dos urbanizaciones, subió por la California norte, cruzo el centro comercial, avanzó por la avenida Sanz. Cuando entró en la cuadra por acción impropia, levanto la vista hacia la ventana, en ella estaba encendida la luz clara, y luminosa como nunca, para esclarecer las áreas de olvido, dentro del ideal ingenuo del verbo amar.
Luego, como aclaró el día, iniciaron a salir los conocidos, y como pudo se puso de nuevo la pinta, sus blue jeans, que en una época era su identificación, y fue de júbilo colectivo su regreso, hasta entrada la noche que se fueron de rumba al centro de la city, pero, aun así con el apoyo de los propios, se tarda en tomar de nuevo el hilo constitucional de los acontecimientos, cuando oyó el comentario que La Jazmín se había casado, lo tomó como algo natural, el curso espontáneo de las cosas y los sujetos, pregunto solo con quien.
-Con uno de la Miranda, se llama José Luís, es arquitecto, bajito, gordito, y ya casi calvo (se ríe la Gabby) ni a palo me caso con uno así, el propio pánfilo.
-No sean así, que la muchacha se esmeró para encontrar al Edgar, donde te tenían secuestrado este estado abusador, además él gordo también tiene su corazón.
-Si Edgar, se caso; pero, cada vez que los veo, me parece que se busco justamente lo opuesto a ti.
-¡A mí! ¿Porque?
-No sé, vainas de luz que nunca se apagan.
La rutina, la retomo rápidamente dejando lo vivido para ser digerido en otra dimensión, justamente cuando entro en la cuadra con una moto 1000 c.c. Ninja, roja con franjas negras (rigurosamente expropiada a la confianza pública)
Avanzo, dio varias vueltas, hizo un caballito, se acerco al grupo, riendo y vacilando.
Jazmín, viendo la escena, se lleno de tranquilidad, el curso fluctuando de los hechos, la cuadra esta en normalidad, los niños solo tienen que jugar.
Se quito la franela, puso sus dos manos sobre las barra de un salto, los antebrazos lo alzaron en alto dos, tres hasta 110.
Mientras los hechos del pasado, molestaban aquí, y allá, las cicatrices de las cuchilladas se estiraban, la piel tatuada con hechos de vida real, le venían en mente, todo lo que marcan al hombre en lo profundo, como una incisión en el alma pura.
De los amores de los hombres, hay aquellos que se guardan dentro de sí, que se alimentan de miradas, palabras pocas como un buen día, un hola, el resto es visual, hay un lenguaje preciso en sus ojos en sus gestos, en su presencia, en su vestir, en el sentir que esparce en el éter.

Un amor, puede ser elevado a la acción Platónica, solo cuando la distancia entre los dos se respeta, y la presencia de ambos, llena el vació que envuelve el espacio dado, su mirada llena el ser de ella hasta el infinito, mientras la presencia de ella se forma en un todo dentro de él.

Nadie lo establece es solo una química, que explota, y nos une en una complicidad, en una comunicación visual, que no pretende establecer una relación material, pero lo cierto que su mirada es un alimento constante, si no la veo unos instantes me siento desvanecer.
Amor de correspondencia cercana, que ejercen acciones lejanas.
Sucedió, que el trauma que te deja la cárcel, lo puede quitar solo otra detención, como un clavo saco otro, en eso están y se la juegan los mecanismos del no conciente; hasta donde yo veo.
-Edgar, sabes tengo la propia flecha (dato) para un 460 (Robo a mano armada)
-¡No jodas! ¿De donde la sacaste esa flecha?
-La jeva me la pasó, trabaja en una compañía grande, que produce medicinas, dice que a veces tienen hasta 200.000 mil dólares en efectivo.
-Bien, eso esta chevere un resuelve de una, como para un buen corone.
-¿Entonces cuento contigo?
El Edgar, miro para sus adentros, un vació de temor lo embargó, pero, luego dijo que sí, ni cuando el instinto avisa, se dijo luego.
Esa noche, mientras dormía en la azotea del edificio Águila, viendo el cielo estrellado, esos millones de astros que brillan en el firmamento, se sintió tranquilo;

“Todas esas estrellas no están allí por caso, tiene que haber una coordinación, un todo, que sistematiza los advenimientos, presentes, futuros aún el pasado es modificable, no hay nada que temer, todo esta en las manos del Señor.”

Sintió un escalofrió que le recorrió todo el cuerpo, a propósito de lo antes intuido.

Bajando, aquel día mientras iba al rancho (la casa) del negro Oswaldo en el barrio de Campo Rico, se cruzo con Jazmín.
-¡Hola!
-¡Buenos días! ¿Cómo esta usted?
-Me imagino que bien.
Siguió, caminando para no disturbar la mirada, por dos veces volteó, y ella consecuentemente allí estaba, eso sí el usted, le cayó mal, a indiferencia, como el sentir de una estrella helada.
En el barrio, habló de nuevo con Echegarin, sobre el 460, y este le dijo que estaba todo listo, que además de ellos dos, iba Freddy.
-¡Freddy! ¿Quién amistad?
-Freddy la rata, él de la cuadra.
-¡Bien, bueno pues!
-Tranquilo, que ese va pa’ lante, el armamento lo tengo ya, tráete tú moto, que yo, y el Freddy, nos vamos en carro.
-¿La moto? ¡No quiero enchavarla!
-¡No jodas! Ni que fuera tuya, con el corone te compras diez, locuaz.
-Tienes razón.
El día del entrompe, se sentía tranquilo, sereno, los otros dos en cambio estaban de lo mas agitados, luego pensó;
¿Será esta la calma que anuncia, la cita con el destino?
El armamento lo sacaron de una bolsa, era todo hierro oxidado y olía mal.
-¿De donde sacaste estos hierros? ¡Del Guaire!
-¡Que querías armamento de estreno! Ni que fueras pa’ un baile.
La nueve milímetro, se la ajusto a la cintura, debajo la chaqueta de blue jeans, luego se puso el casco.
Cuando salió del barrio tomó la avenida Sanz, ella lo vio.
Que extraño se dijo Jazmín, al verlo pasar, nunca lo había visto con el casco, él detrás de la visera la vio con renovado afecto, se recordó que había escrito en la pared, que da a la avenida.

Jazmín T.Q.Q.J. (Te Quiero Que Jode)

En la avenida, el motor rugía desencadenando una fuerza propulsora ensordecedora, que hacia girar a los pasantes, asustaba a los perros, atemorizaba a las mujeres, se desplazaba entre las filas de carros detenidos por el trafico, velozmente, llegó a la zona industrial de los Cortijos en cuestiones de minutos.
El edificio, donde funcionaba la empresa era grande, Echegarin y Freddy estaban dentro del carro, salieron y le hicieron una señal, avanzaron separados uno del otro, hasta la oficina de personal, y una vez dentro, cantaron el quieto.

-¡Todo el mundo congelado, no queremos hechos de sangre!
-¡Si, señor por favor, no, nos haga daño!
-¡Los reales de una entonces!

El bulto preparado con la nomina, para el pago de los empleados, se le consigna a los hampones, entre nerviosismos, temores y llantos, ellos al apoderarse, se baten en retirada, cuando llegan al estacionamiento, va entrando un blindado del Pan Americano de protección, el susto les pega duro, pero aguantan, los pocos metros que los separan de la calle, se hicieron una eternidad, cuando sintieron la voz;

-¡Quietos ladrones!

A lo cuál, respondieron con plomo, la balacera fue de amplias proporciones, y se quedaron sin proye inmediatamente, el Edgar llegó a la moto y arrancó, pero, un proyectil lo tumbo, y lo puso a rodar por toda la calle, los del carro resistieron los impactos, y huyeron.
Edgar, fue trasladado al hospital, la bala se la extrajeron sin anestesia, y luego inmediatamente, arrojado en los calabozos de la Policía Judicial, en la División Contra Atraco.
Por los ochos días siguientes, recibió la terapia de bioenergética activa, resistió, pero, los testigos lo reconocieron con lujo de detalle, en la cuadra la conmoción fue general, porque apareció en todos los periódicos, con su foto que aparecía como el propio delincuente.

-¡No chica! Este nada que ver con El Edgar, tremendo fachoso, él tiene un físico bien.
-¡No, te hagas ilusiones, Mabel es él!
-¡Que! Ahora si se embarco la vida, no sale más nunca.

En esos días Jazmín se divorcio, cuando llegó a la fiscalía, se encontró que el expediente del atraco a la empresa farmacéutica, estaba asignado al Tribunal Cuarenta en lo Penal.
Hablo con el fiscal asignado, para una erradicación del juicio en el Catorceavo en lo Penal, este accedió después de cerrar el sumario.
El auto de detención, quedo confirmado por la juez, Luego de cerrar el sumario debía esperar a la audiencia publica del reo, y el proceso por audiencias tardaba varios meses.
Los constantes motines, que se efectuaban en la cárcel la mantenían en zozobra, pero nunca quiso ir a inspeccionar, luego que se aplacaban los levantamientos, los otros fiscales, le contaban que llegaban a hasta la puerta, y les era difícil entrar, el olor, la promiscuidad, la violación de las mas elementales reglas de los derechos humanos, iban contra toda voluntad de hacer su propio trabajo.
Cada vez que se originaba una riña, se imaginaba que le había llegado el turno, cada vez se imaginaba que su cuerpo, salía con los pies hacia adelante, o lo vería en la morgue, encontrándolo acostado sobre una camilla de acero; frió e inerte.

Son, los momentos que se adentra dentro del si mismo.
Son, las vidas que pasan delante, con miradas extrañas a nosotros.
Son, los días del chacal, en que los buitres nos expropian de nuestras carroñas.

El Edgar, vagaba entre aquellos corredores ajenos a la luz, entre muros ensangrentados en que se escribía, esta pagina de la vergüenza de una nación, vaga entre ojos sin reflejos de vida, de seres zombi muertos, pero aun conservados en vida.
Fue en el mes de diciembre, una banda contraria, llamada Barrio Chino, atacó y mataron a los gariteros, sacaron la barra del quité y pon, por donde salían y entraban, la resistencia fue a la altura de las circunstancias, pero como el armamento estaba encaletado, tuvieron que enfrentarlo solo a chuzo y machete, un impacto de bala y tres chuzasos lo mandaron directo al quirófano.
La larga espera, tirado en el piso de la manga, aguantando los intestinos con la mano, en el hospital lo cocieron, y le dejaron un hueco en el abdomen, para que hiciera las obras grandes por allí.
Esta vez estuvo cerca, la próxima no la contará.
Después de 9 meses, fue llamado a la audiencia pública del reo, para imponerlos de los cargos en su contra, por 10 veces no fue trasladado a tribunal por falta de trasporte.
El día de la audiencia estaba tranquilo, le quitaron las esposas, y fue invitado a sentarse delante la juez.
El día de la audiencia publica del reo.
La fiscal tardaba en llegar, la secretaria trajo el expediente, su mirada cruzó entre ellos.
-¡Daisy! (Instintivamente le pregunto) ¿Te graduaste?
-No, aun no malhechor, solo soy la secretaria, aun no he obtenido las notas de bachiller.
-¡Todo, tarda en mano del gobierno, verdad! ……

Cuando, entro Jazmín quedo contrariado, ella no era el fiscal de instrucción, ni el que abrió el sumario.
La juez llama a la secretaria.
La cuál anuncia:
Hoy el día 30 de marzo 1982 (año de la resurrección de los pueblos) se le impone de actos de cargo según el expediente Nº 89490.
Al ciudadano; Edgar Luís Martínez Colmenares C.I.V. 4.556.789.

Luego la juez da la palabra al fiscal.

-Bueno días, vuestro honor en esta publica audiencia del reo; impongo de cargos, al ciudadano Edgar Luís Martínez Colmenares C.I.V. 4.556.789. Ampliamente identificado en el expediente, Nº 89490.
De la pena de 8 a 16 contemplado en el actual Código Penal del articulo 460 a 24 años en cargos por el delito tipificado en el articulo 460 robo a mano armada, del código penal vigente.

-¿Que? ¡Que té pasa a ti!
-Señor, cálmese esto es solo acto de cargo. (La juez).
El abogado defensor, rechaza los cargos, porque no estaba bien instruida la acusación, cosa que demostraría en el plenario.
El Edgar, miro al abogado publico, y luego se dijo; Este parece el propio abogado Chimbin, si me defiende me dan 40 años, pero, ¿Qué le pasa a la Jazmín sé volteo? (Se puso en contra).
La juez anuncia;
-Queda cerrada la audiencia.
Daisy le dice a Jazmín;
-Bien hecho, se ha hecho justicia.

En la cuadra, cuando vieron pasar a Jazmín, la Tata la llamó y le dijo:
-¡Manita! ¿Pero que sucede, te le volteaste a los panas?
-Oigan, eso ha sido solo el acto de cargo, el fiscal en el sumario, defiende que se haga todo según lo establecido en la ley, en el plenario es el acusador.
De nuevo en la rutina carcelaria, el tiempo pasa sin forma es una ausencia de hecho; es la casa del tiempo inmóvil.
Las constantes riñas, los momentos que nos alejan que tatúan tajantemente la piel, los castigos colectivos que dibujan la penilla en el cuerpo del detenido, que motiva en el hombre, seguir hacia delante dentro de este caos social.

Vivir para seguir entendiendo, soportando para seguir comprendiendo.

Sucedió que la población carcelaria superpoblada, inicio a reclamar mejoras, y como siempre, cuando el gobierno toma medidas empeora la situación y condiciones de los presos. El motín estalló y fue de amplias proporciones, y por días se combatió en todos los frentes, en cada muro, en cada puerta, en cada pabellón, en cada celda, hasta que por ultimo, la guardia nacional sometió a la población, los concentro en el patio, estaban tendido sobre el pavimento boca abajo, aporreados de los pies a la cabeza, solo en sus ojos había un brillo de luz, donde resplandece aun la dignidad de un pueblo.

-¡Comandante, llegaron los Fiscales del Ministerio Publico!
-Bien, háganlos pasar.
-Son, dos hombres y una mujer.
-Bien, sargento mande a los delincuentes a ponerse un short.
-¡Atención! Parranda de ratas en pie, y vístanse, ahora van a pasar los fiscales del ministerio publico, cuidado se le va el ¡yoyo! (Nos delatan).
-¿Ni que fuéramos sapos como tú?
-¿Quién habló?
Un silencio reinó en el ámbito, justamente, a causa de lo antes expuesto.
Jazmín, entra con la carpeta en mano, preguntando:
-¿Usted, ciudadano, tiene algo que declarar?
Los detenidos, movían la cabeza en significado negativo.
Llegó delante al Edgar, un hombre en pie, sometido por las fuerzas represivas antipopular del estado, y aún tiene una mirada de desafió contra del poder establecido, volver para seguir luchando, salir para probarse de nuevo.
-¿Usted, ciudadano, tiene algo que declarar?
-¿No, señora fiscal?
-Sí, es obvio y de público dominio, el sufrir de este pueblo.

Luego se giró, y de su mejilla escurren las lágrimas, sobre el dolor de un pueblo huérfano de patria, huérfano de justicia, sin doliente.

En el plenario, la fiscal en promoción de prueba, expone que él ciudadano en el momento del arresto, fue expuesto en primera página de los diferentes medios de comunicación, y en todo el ámbito nacional con su foto; esto viola de hecho el secreto sumarial, ya que hace notorio, y de franco dominio publico, ser el asaltante de la casa farmacéutica, por este motivo invalida el reconocimiento, que se hizo 6 días después de su arresto en la sala de los espejos del Palacio de Justicia de esta jurisdicción.
De otra manera vuestro honor, la dimensión del delito ha sido superada por la dimensión del castigo, mientras el ciudadano antes identificado, estando en custodia al Ministerio de las Injusticias (Justicia), ha sido herido varias veces, ha subido maltratos, y ha sido torturado de diversas formas. Por lo antes expuesto, esta oficina de Público Ministerio, Fiscalía Decimocuarta en lo Penal de esta jurisdicción retira el acto de cargo, igualmente renuncia a las audiencias de evacuación de prueba del plenario.

Caracas 4 enero de 1984 (año de la justicia de los pueblos)

La juez, llama a su oficina a la Fiscal para discutir del hecho antes expuesto, ella confirma que aquí hay vicios de oficio dentro del expediente, la juez concuerda que el castigo ha sido superior a la entidad del delito.
Cuando sale del tribunal, Daisy la encuentra en la escalera eléctrica, bajan juntas.
-¡Jazmín! ¿Cómo estas?
-Bien, ¡Daisy y tú!
-Muy bien, este año me graduó en derecho, y seré juez.
-Me alegro, que tengas ideas claras de lo que quiere ser.
-Justamente lo que nunca haré, es la alcahueta a favor de los malhechores.
-Estupendo, así serás una dama de hierro, una juez inflexible, como la juez Camero.
-Mira, no te burles de mí, pero tú no puedes, seguir ayudándolos como si fueran unos niños, ellos tienen que madurar, tienen que enfrentar la vida, tienen que asumir sus propias responsabilidades.
-Sí, tienes razón Daisy, en Suiza donde el estado es consecuente con sus ciudadanos, aquí estamos en Venezuela, cada cuál ejerce un criterio a conciencia, según hechos de propia experiencia, no se puede aplicar la coherencia en este caos social.
-¡Siempre tan convencida de tú posición!
-Si por todo lo antes expuesto, prefiero ser leal a mi cuadra, de allí asumo los hechos según las circunstancias especificas, de esa manera obtengo mí coherencia de razonamiento ajustado a propios principios.
-¿Vendrás a mí graduación?
-Seguramente, allí estaré como amigas de la misma cuadra.
-¡Chaito! Que te vaya, bien bonito.
-Claro, sin rencores, es bien tú ves.

En el reten de Catia, generalmente las libertades llegan en la tarde avanzada, muchos no viven en los tiempos que pasan, sino hacen de la vida un lugar, dentro una sola situación, más o menos como viene la van viendo.
El Edgar, estaba almacenado en el pabellón N° 1 torre norte, jugaba una partida de dados, ajeno a su situación futura.
Cuando oyó su nombre, y apellido a alta voz, se dijo:
¿Una libertad fantasma será?
Pero no se inmuto, el día de la libertad están los cosacos, los dolientes de tantas riñas, los enemigos, que te quieren explotar antes que te vayas, casi nadie se conoce por nombres, así que se calmó, sacó los billetes que tenia pisados con el zapato izquierdo, acomodó el chuzo en la parte derecha, se ajustó la bolsa de las obras grandes al abdomen, y dijo agitando lo dados:
-¡Caballeros voy con todo! Topo, pico, caída y mesa limpia.

Mientras sus oídos agudizaban, sintiendo como abrían la puerta, lanzó los dados más lejos de lo normal, todos siguieron los dados en su trayectoria, se alzó como un gato, y salió por la puerta dejando chuzo y dinero plantado en el pavimento en el juego, como es tradición; que el que se va deja todo.
En la fila, para salir, el funcionario lo llama a reseña.
-¡Ese Edgar Luís Martínez Colmenares!
-¡Soy yo!
-¿Numero de cedula, rolo de delincuente?
-4.556.789.
-Mira pajarito, tienes varias entradas, como que te vas para los calabozos de prefectura.
-Que té pasa mano, estoy todo mal herido y convaleciente, déjame un respiro, ¡Un chance no más!
-Bien, dale rolo de rata, en la próxima directo a las colonias móviles del Dorado, sin llanto.
Él se estremeció solo con imaginárselo.
Al salir del edificio, el frescor del aire le llega de un viento que viene desde el parque del Ávila.
Alza su mirada hacia el panorama montañoso y decide regresar por el Ávila, como desde hace mucho tiempo no lo había hecho, tenia todo el tiempo del mundo. Camino con paso desapercibido por la urbe, subió por la Pastora caminando rápidamente hasta salir de lo urbano, caminó por el viejo camino de los españoles hasta Galipán, luego pasó delante del Humbolt, dirigiéndose al Lagunazo, cuando llegó a la meseta desde donde se ve el mar y la ciudad, veía y recordaba escenas del pasado y estas se incorporaban a él, vivencia de vida común que a él lo formaron. Cuando llegó al pico occidental, hecho una mirada hacia todo el valle, las cosas se ven diferente desde arriba recordó la frase del Kike, mientras trataba de identificar en medio del tejido urbano su cuadra, siguió la ruta por la fila maestra, para salir al Naiguatá, allí dese la altura máxima dejo que su vista se perdiera en toda la inmensidad del mar Caribe, luego inicio a descender por el anfiteatro, los Toyotas, bajó por la falsa Julia, y entró por la avenida Cota mil al Marqués.

Sí, un largo camino de regreso a casa.

Bajando por la avenida, desde un carro en marcha lo saludaban, algún conocido que lo reconocía, y le gritaba;
¡Ese Edgar! ¿Ya saliste mi pana?

“Es bueno, es confortable, es estimulante, se dijo, tener un sitio donde la gente lo conozca a uno, te hace sentir alguien, justamente cuando dudas de ti mismo.”

Mientras se sacudía, el fango incrustado en sus zapatos.
Llegando a la cuadra, el grupo se sorprendió.

-¡Que bien, vale! Edgar.
Mabel, le dio un abrazo efusivo.
-¡Fo carajo! Hueles a mapurite, vente pa’ la casa que mi mamá no esta, para que te eches un baño, que ¡horror mijito!
-¡Si! pero con cariaquito morado, No jodas Edgar, ni la cloaca hiede así muchacho.
-Bien, tremenda critica pues, ¿Me lavas la ropa Gaby?
-¡No jodas Edgar! Me quieres empavar el apartaco, quema esa vaina en el monte, ¡Chico!
Luego, volvió su mirada a la ventana, y como siempre, estaba iluminada, lo que le regresó aquel sentir de serenidad.
Bien duchado, regresa de nuevo al grupo.
-Ahora, tendrás que quitarte esa bolsa que llevas guindada allí.
-Es una operación fácil, lo que sucede, es que allá dentro no hay tiempo para esas cosas.
-¿Que vas hacer con esa ropa?
-Voy a seguir el consejo, a quemarla en el monte del parquecito Sanz.
Tomo un poco de gasolina de la moto de la Jesse, y subió al parque, en una hondonada amontono los ropa, que hedía a reten de Catia, cuando la gasolina hizo arder el amaso de tela, sintió como dentro de esta se peleaban espíritus demoníacos, que en ella se habían alojado.

¡Zape gato! ¡¡¡El propio maligno andaba conmigo!!!

La noche se prolongaba, y estaban aun reunidos, sentados sobre el capot de los carros estacionados y sobre las motos, mientras se contaban las vivencias de hechos y lugares, jamás imaginados, a ritmo de narraciones de estilo épico de caballero urbano, que él, relataba a sus amigos sobre mundos lejanos, donde el hierro es parte de la propia piel, y extensión del propio brazo, donde la maldad no tiene limite, y quien sale de esos lugares, expande toda aquella maldad en lo urbano.
Luego, se estiró sobre el capot del carro y miró el alto de los cielos, el cielo profundo y estrellado, suspiró inhalando el frescor nocturno, el perfume de las plantas, el aroma del vecindario del que, él, era esencia viva, de la ventana se asomó Jazmín, y saludo con la mano, que revivió deseos presentes en tiempos ocultos por un traspasado remoto, de allí obedeció a su sentir del tiempo maduro del verbo amar, se levantó y se fue a su apartamento.
Cuando la puerta se abrió, la luz impactó en su faz, dibujando juegos de sombras, claroscuros de remembranzas y presencia del sentir mágico, dentro de la mirada de ella la conclusión de la espera, y deseos de un sentir que se mantiene nutriéndose del día a día.
Su mano en la de ella, aquel contacto que aún perdura, ella al pasar la mano sobre su piel, sobre su cuerpo, comprendió que este era un texto abierto que contaba historia y geografía de una patria lejana, una nación emergente, donde el diario vivir, es sentencia clara del advenir de los pueblos.

-Cuantas cicatrices Edgar, parece una road map de este caos social que nos envuelve, y nos proyecta a ideales mayores.
-Estas son las cicatrices de un largo viaje, pero cicatrices al fin, de un común vivir, las cicatrices que solo tú puedes sanar, de una patria enferma, que nos reprime y nos oculta el sendero de la realización del ser.

Así el idilio se elevó a una conciencia, donde los pueblos se alcanzan a sí mismos, en medio de sus contradicciones conflictuales, de donde se parte para elevarla al arquetipo formal de la sociedad ideal.

Son, los momentos en que el amor alcanza su cenit.
Son, los momentos en que el guerrero enfunda la espada.
Son, los momentos en que el tú y el yo, trascienden al espacio dado.

Al bajar, la cuadra estaba casi desierta, solo Mabel, Gabby, Juan Castro y Jesse que se iban a la nocturna.
-¿Vienes con nosotros Edgar?
-No que va, hoy cambié de menú.
-¿Que vas hacer?
-¡Me voy pal´guinde, panitas!
-Vaya pues, toma la llave de la azotea del Araguaney, mi pure (papá) se murió, y mi mamá me pidió de regresar a la casa.
-¡Oye mira!
-¡La Jazmín, apagó la luz!

Todos se voltearon, delante el insólito hecho.

-La ventana triste, descansa princesa, que desde ahora nos cuidamos solos.

Desde la azotea del edificio Araguaney, se aprecia el parque montañoso del Ávila en toda su grandeza, aquel lugar que inspira magia y encanto.

¿Se puede ser sin intentarlo nunca?
Se dijo.

Luego su voz interior le respondió:


“Esta es solo una vida ¡Edgar!”


…Desde allí se quedo mirando fijo las estrellas, hasta que su sentir se posesiono en el centro del universo, más allá del sí mismo, en donde el caos social es propulsor del creado.
Cuando el caos del cosmos antecede al orden universal…

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