jueves, 8 de octubre de 2009

Los primeros albores

Los primeros albores

Son los amaneceres, en que las primeras luces traen a mí tu voz, te siento aun detrás de la pared.
Presiento tú, despertar aún en la lejanía, dentro del marco lirico de las alturas andinas que me impulsa a lo elevado, hacia la acción sublime,
Donde me eleve a este sentir, puro, cristalino como las nieves perenes que coronan las altas vetas de montañas inaccesibles.
Desde tú ventana, donde los primeros rayos de sol despiertan tú sentir, acariciando tú piel adormecida.
El murmullo del torrente naciente, el canto de pájaros exóticos, las flores cándidas que ornamentan tú morada, forman el marco idílico de tú vivir y el mío.
Mientras el pergamino se llena de tinta, describiendo formas del interno, la pluma dibuja letras que componen palabras que estructuran el texto de mis expresiones.
Se levantan sentires que arrullan mis sueños, desde la dulzura de tus labios, cautivado por tu mirada, extasiado por tus caricias.
Dentro lo cuál, regreso al paisaje encantado, olvidando todas las apetencias en que incurren los hombres, hoy regreso a ti,
Sueños, dulces sueños de praderas incontaminadas, de colinas dibujadas contra el horizonte, dulces ríos que cruzan los campos, forman el marco idílico en el que quisiera amarte, o lo que tu amor infunde en mí, elementos paradisiacos.

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