Poema de ser inconcluso

Poema del
ser inconcluso
Acontece en las formas en que me activo, dentro del vivir diáfano de un mundo ajeno.

Son las acciones en que emerjo una y otra vez, borrando lo antedicho.

Como lo expuesto en post scríptum, justamente por lo antes expuesto.

En las visiones ajenas, en las miradas de destierro, en las palabras de prosa inconclusa, aquel sonido de tú voz que me aleja a tiempos de olvido.

Del haberte amado, quedan sellado en mí, vivencias que llevo a lugares de exilio, como extranjero en la tierra prometida.

Hallándome en desolación como las frías tierras del ártico, abatido por tempestades de soledad.

¡Sí! por el ayer de haber vivido en ti, hoy existo como en campo de exterminio.

Desolación, es lo que embarca al hombre que conoció los linderos en que habita el poema de Sofía.

En la búsqueda constante de aquel elixir negado aún a los dioses, donde solo llegan los hombres capaces de albergar el todo, en búsqueda inmersa dentro una realidad forjada al margen del limite.

Donde sus caricias de calido y suave mármol, que fue esculpido en aquella antigüedad clásica, en que los hombres no tenían confines.

El hoy abarca a seres extraviados en los laberintos, atados a sus deseos de carnales, abandonados yacen sus envolturas humanas en las gradas de piedras que el cincel esculpió en el duro granito.

En las gradas de piedra blanca, asoleadas desde milenios por el sol mediterráneo, en la cima, en lo alto, está erigido el templo a la luz que ilumina desde el eterno desde nuestros adentros.

Y subiré en alto, y tendré fuerzas para mantenerme erguido delante el juicio que se desprende de la historia.

Con un sentir distante, en la propuesta de tú imagen que me repropone los términos del infinito.