jueves, 8 de octubre de 2009

Poema Lucifer



Poema Lucifer

Por esa razón el espacio se borra…

Son los días que me envuelven.
Son las horas que me arrastran.
Son los tiempos que me arrollan.

Donde el ser se niega así mismo, en una forma del no estar.

Ausencia cierta por transitar entre espacios amorfos de muros altos, y cielos inalcanzables.

¡¡¡Cadenas & cadenas!!!
¡¡¡Rejas y candados!!!
¿A dónde van mis ideas?
-A fijar en el muro las experiencias-

Mientras se caen los dientes y se encanecen los cabellos,

La mirada de convicción del hombre, se hace divagante en el viejo.
Los otoños no llegan en vano.
Mientras las primeras hojas secas, caen lejos por la acción del viento.
La naturaleza se desnuda, el frió abarca la piel,

Mientras en los ángulos obtusos del plano adyacente, los hombres polillas, los seres sabandijas se fuman la existencia, el humo analgésico, el olor vinagre-ocre se expande en el ambiente.




¡Si!

¡¡Degrado y miseria!!
¡¡¡Abandono y desidia!!!

Forman los matices que se plasman en las paredes.

Los hombres sombras se desplazan por el pasillo, se mueven en el anonimato de narraciones prohibidas.

Se sustraen al pergamino de la vida, como fracciones de poesías rotas, la rima quebrantada ultraja la sintaxis.

Forman dimensiones paralelas al margen de lo existente, se unen a los hombres zombi, muertos vivientes con miradas del más allá, con revelaciones apocalípticas, el que justamente no ve el aquí, como el fin ultimo del hombre y del universo.

Todo ello trata de modelar el pintor sobre el lienzo, con suaves trazos de pinceles que luego el tiempo lo trasporte a un futuro remoto.
Usa sí, el gris para inmortalizar a quién se niega en el día a día, quien no ve colores, ni aún la luz del día.

Quien se esfuma junto al humo que exhala de la pipa, una llamarada avivada de un intenso respiro, donde quema el crack y el alma en un solo haz, de suspiro agonizante, sus pómulos sobresaliente exageradamente marcados, sobre una faz que expresa angustias percibidas de un mundo interior, pierde el brillo de piel lozana en sus pómulos.


¡¡¡Ogros y demonios!!!
¿Algún ángel caído?

¿Misterios del advenimiento? ¿Son señales de la anunciación?

Denotan facciones, marcas faciales fuertemente erosionadas por el vicio, hasta perder la expresión dada, su razón de ser, son formas del abandono, una fisonomía impropia, se alojan sentires distantes, la vida que se roba a sí misma...

El pincel… trasmite en aquellas imágenes el reflejo de la desidia, de la soledad,

Días aún van, noches firmes, noches en velas, continuas con los ojos abiertos sobre sí mismo,

No le hace posible ver la aurora. El alba de un nuevo día,

Aquel lucero de primera mañana, que el gallo entona en su cantar, allá detrás de los talleres, un sentir que me vuelve a la humanidad, dentro de este mundo de concreto-gris-cemento, de muros y paredes que como paginas vacías, como letra suelta de tinta indeleble, vana de emociones escondidas, de acción persistente, que afloran imágenes espontáneas en mi mente, al tratar de transponerme a la realidad existente.

Lucifer; el primer destello que surge en el horizonte al amanecer.

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