jueves, 8 de octubre de 2009

Rayos argentados de luna plateada

-Rayos argentados de luna plateada-

De las aguas del riachuelo que desciende de las altas vetas, fresco y cristalino que dibuja un surco en su transitar hacia los valles, entre montañas, me detengo a presentir tú imagen.
Del blanco nieve que coronan los inmensos volcanes.
Del vuelo del Cóndor planeando sobre las extensas cordilleras andinas.
Del resplandor de los intensos rayos de luna plateada, donde reflejo todo mi sentir hacia tu forma de mujer.
Alcanzando las cúspides de los elevados riscos, descendiendo a profundos valles, sumergiéndome en las heladas aguas de los glaciales perenes.
Sentires que no se ahogan en la distancias.
Sentires que dibujan tú imagen en el firmamento.
Sentires que alcanzan su cenit en el ardiente fuego de tú pasión volcánica.
Viviré en valles de remansos donde tu piel se funda con la mía, para formar un solo ser un único respiro, en que tus labios carnosos, ricos como la miel me eleven a la dicha prometida,
Son tus ojos que me hechizan bajo los encantos de la luna nueva, que me dan luz en las noches de intensa oscuridad, mi guía en tiempos de olvido, de un amor de cercanía correspondido.
Cubierto por tus cabellos, reposando en tú regazo añorando a cada instante tus caricias,
Cuantas veces he querido escribirte, la frase de amor que corresponda a este idilio que tú encendiste en mí.
Cuantas veces he intentado decirte, te amo pero mi sonido se ahoga en formas y sentires que no llegan a ti.
Cuantas veces he invocado tú imagen a memoria en estos lugares apartados y solitarios en que tú llenas todo mi pensar.
Si son los reflejos de luna llena, sus rayos me reflejan tú visión que la miras en el mismo instante que yo.
Si son los destellos de tú mirada que son reflejados en la intensidad de luz que la trae a mi desde parajes lejanos.
Si son los rayos de luna argentados que tocan a tú ventana para entregarte estos pergaminos donde escribo prosa de amor, para luego expedirlas al viento para que las trasporte a distancias paralelas para que coincidan en un punto remoto dentro el espacio infinito.
Desde ese momento en que te conocí, donde coincidimos para formar un lugar en la memoria entre tú ser y el mío.
Serán todos los días, en que el trinar del ruiseñor, el colorido de las orquídeas, el lucero mañanero, me avisen de tú presencia.
Sí, junto a ti donde viviré momentos de revelaciones de tú fascinante figura,
Sí, será así que entre estas altas montañas donde abriremos la paréntesis única de amor correspondido en tiempos de otoño.
Sí, veremos madurar la vid, en la entrada de la estación y con el añejo del tiempo, brindaremos del vino de nuestra propia cosecha, dulce elixir que pruebo en cada uno de tus besos, cuando tus labios me hechizan.
Son los sortilegios que enlazan sentimientos de adoración hacia ti.
Es la magia que en las noches de Halloween me trasportan entre calles y veredas en busca de ti, noches de intensas fantasía en que mi ser se vuelve tuyo.
Noches de Halloween, noches de destellos de lunas, de seres mágicos; de duendes y hadas que me donan la fantasía que no tiene limites, noches de esos intensos rayos reflejados en tú mirada me vuelca al paisaje encantado, donde vago entre tú naturaleza de mujer, ansiando los besos de tus carnosos labios para entrar de nuevo en el delirio de los sentidos, el contacto de tú piel que emana fragancias de extravió, entonces el hombre marcado por tus caricias vuelve a la foresta al sentir atávico, para remontarse en las altas cúspide imitando el vuelo de las aves para verte desde el infinito.
Sí son los tiempos de amor correspondido que vivo junto a ti, que viviré en lugares de remota lejanía que tú ser vuelve intensa cercanía.
De tú ser que es el mío, de mi vivir que se vuelve el tuyo.

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