jueves, 8 de octubre de 2009

EL DIA QUE REGRESE A MI

EL DIA QUE REGRESE A MI


EL otro día, pasaba por una de las avenidas céntrica de Madrid, sus amplias aceras, su arquitectura imperial, y me fije que dentro una aparador de una agencia de viaje la bandera de Venezuela, inmediatamente se me aguaron los ojos.
Entonces recordé o mas bien un clamor dentro de mi me llamo. ¿Erni que pasó?
Si que paso, me resonó dentro de mí, regresar es un gran problema me dije, ¿volver a lo que deje atrás?
Por muchos días ese clamor no me abandono la idea se intercalaba en mis múltiples razones.
Ya no eres el mismo, te das cuenta como has cambiado?
Insistía mi voz interior, como mal consejera del instinto de supervivencia.
Hasta que me decidí con un profundo razonamiento kamikaze. (Volver a la barbarie).
Isabel la linda, mi novia política se entristeció mucho, pero me dijo:
-Sabes siempre he sabido que tu verdadero amor es Venezuela.
Me quede abismado nunca lo había razonado de esa manera, mis amigos me hicieron una fiesta de lo lindo es hermosa Madrid salir de farra, allá no hay malandreo, todos se divierten de lo lindo, bueno algún que otro Marroquín, pero nada que ver, que aún no adaptado a la vida social.
Algunos me animaban, otros me decían.
-¡Tío tú estas loco! ¡Allá hay cifras de guerra civil, ¡Mira no veas! que ni en Irak, son tan fieros eso niños.
Pero, yo en ese momento no estaba presente, mi mente vagaba por la geografía de Venezuela.
En el aeropuerto de Barajas me despidieron en tantos, mi novia me miraba entristecida, como quien parte para Vietnam.
-Señor, ¿llevamos sus equipajes?
-Si, muchas gracias maletero.
El avión volaba deliciosamente, me recordé cuando venia para la Madre Patria, vestido de manera informal, con modales de lo ultimo.





Ahora regresaba convertido en un profesor en ciencias políticas y económicas, con traje formal y muchas ideas para el progreso colectivo del pueblo en general.
A la llegada al aeropuerto de Maiquetía lamentablemente no me esperaba nadie, sino muchas excusas y pretextos; que el hampa, que el puente se había caído, etc.
No me desanime.
Después del chequeo y alguna matraquita aquí y allá, que me hacia sonreír la inmadurez de mis compatriotas funcionarios, ¿No tienen sueldo? será que les pagan con chapitas de botellas.
Un muchacho de muy mala educación, me arrancó el equipaje y peleando con otros, por la posesión de mi equipaje me conmino a seguirlo.
-¿Mira gringo pa' donde é que tú vas?
Me hizo gracias por la ingenuidad lingüística del mocoso, hacia su trato hacia mi persona totalmente informal.
-¿Mira gringo te llevo pa' donde un pana mío que sabe de una vía rapidita pa' la city?
-Disculpe Ciudadano, pero tengo reservado un taxi de línea para mi traslado a la ciudad de Caracas.
-Verga gringo tú si hablas raro, esos te van a cobrar burda, hablando o chisteando palabras soeces de difícil gramática y de una dicción primitiva, se nos acerco el conocido del bell boy.
-¡Epa! aquí estoy ¡bien, musiù móntate allí si alguien te pregunta le dices que somos amistad!
Mis protestas no fueron escuchadas y para no ser tomado por mal educado a la gran molestia que se estaban tomando por mí, decidí seguir sus recomendaciones.
El taxi era de fortuna, de mantenimiento deplorable en estado terminal, el asiento expedía extraños olores y un hierro del asiento perforó mi traje de fino lino.
¡Bien bueno pues!
-Epa tú, eres extranjero tienes que estar mosca aquí te arrancan los reales de las mano, ¿oyó?
-Sí, exactamente como hizo su amigo cuando vio el billete de 50 euro que lo agarro sin reconocerme el cambio ni oficial y menos de mercado negro, como no tengo la costumbre de discutir por dinero, deje que el hecho, abuso, apropiación, pasara desapercibido.
-¿Entones pa' donde es que te llevo, a ti?
-Usted.
-¿Pa’ donde?
-Se dice a usted, a mi no me gusta que me den del tú.
-¿Que lo que te pasa musiú, tienes vainas de altezas?
-Me lleva a la urbanización colinas de los Ruices por favor.
El chofer adelantaba a otros automóviles a la izquierda y derecha, en zic, zac, los ofendía con palabras que aun no existían en el vocabulario declarado de la Real Academia de la Lengua Española, que eran de una vulgaridad tan elevada, que creo que hasta las almas se ensuciaban.
Frenaba al improviso sin sentido practico de locomoción y que el ruido que hacia, parecían el aullido de mil perros de raza Cacri, (CAllejero CRIollo) chillando del dolor.
Después desenfundaba, una botella de aguardiente y le daba un guamazo, como me dijo, inclusive cuando un policía de transito se lo encontró de improviso, descaradamente compartió un trago con este señor.

-Vaya denle allí un guamazo, pa' que cambie esa carátula de serio, ¡brodel!
-No, le agradezco su proposición, no bebo, señor.
-¿Así que de pinga y no bailas pegado? Alteza real.

Cuando baje del automóvil debo confesar que estaba un poco desorientado, la mente me giraba, así que el susodicho taxista improvisado me arranco 100 euros, que pague con gusto por su desaparición física.
Mis familiares, lo mas bonito que me dijeron que estaba loco, que todos se querían ir de esta guarida de locos (país) y yo regresaba, con este gobierno de Enchavez, que no se sabe donde vamos a parar con este loco de carretera.
De nada valió mis comentarios y proyectos de como organizar el Estado venezolano en una administración eficiente, eficaz, honesta; tipo new age.
Salí al jardín y dos Dóberman me saltaron encima, no te narró que le sucedió a mi traje de fina Gabardina italiana.
Claro en España los perros tiene otra educación, no muerden ni siquiera los periódicos, que traen en el hocico en perfecta condiciones para ser leídos por sus adoptadores.
Mi primo Luis vino a saludarme y recordamos viejos tiempos, pero le hice notar que yo había cambiado sustancialmente mi personalidad.

-Primo, mañana te traigo la mágnum 44 que me dejaste.
-Luis las armas son para los que no tiene argumentación, ni uso de la razón.
Me miro extraño y antes de despedirme me dijo:
-¡Tú cambiaste, muy bien pero Caracas, no carajo!

Al día siguiente salí a dar un paseo e ir a la ciudad universitaria, para tratar sobre la revalidar de mis títulos, maestrías y postgrados.
Llegue a la Avenida Francisco de Miranda, si aprecié cierto caos urbano, pero cada vez que intente abordar una unidad de trasporte colectivo, una masa humana guindaba como racimos de banana de la puerta, del destartalado medio de trasporte urbano, aún si adentro del medio de trasporte había asientos.

De pronto sentí un saludo.

-¡El Erni mi pana! que tal, casi no te reconozco.
Tarde en recordar.
-¡Ahora recuerdo eres Jaime! El Jaime de la residencias de los Terepaimas.
Recuerdos que iban, recuerdos que venían, otros más retardatarios que regresaban luego.
Hasta que abordamos la unidad de trasporte colectivo. Sentados; sentado que no pude, porque el espacio era demasiado corto, mis piernas quedaban atoradas, no sabia que en Venezuela había pigmeo, reclame al chofer el porque del estrecho espacio que no me permitía sentarme adecuadamente.

-¡Otro becerro más!

Contesto tajantemente, me extraño, porque ¿Qué tenia que ver el ganado?
-Mira rolo de gafo, sino te gusta paga y te bajas de la unidad, antes que te de un cabillazo.

A mi amigo Jaime no le gusto, el tono amenazante del chofer.

-Mira chofer no te metas con él, que es harto pana burda amigo personal mío, sino te detonó de una, okay?
Ante tanta beligerancia decidí cambiar el medio de trasporte.
-Vamo a darle en el metro, Erni.
Bajamos en medio entre protestas subidas de tonos y amenazas de muerte.
El metro es otro mundo, limpio, ordenado, como no lo había pensado antes.
Jaime si me dijo:
-¿Erni mi pana que te pasa te tragaste unas pepas? ¿Estas burda de raro, no pareces el mismo?
Entonces le inicie un discurso, lucido sobre los cambios culturales, las civilizaciones, el uso apropiados del lenguaje, el desarrollo de la personalidad, la formación de un léxico depurado, como esto incidía no solo en el entendimiento, sino que desarrollando la capacidad de definición la comunicación mejoraba de tal manera que acrecentaba incluso la inteligencia. etc.

En cierto momento, oí que dos turistas pedían información, se encontraban en estado de desorientación, pero no hablaban el idioma.

Muy gentilmente como se usa en los países desarrollados le di la información y hablando de los más y de los menos, al despedirnos en la parada que les indique, nos despedimos cruzándonos las mejillas como es costumbre.
Una risa interminable de carcajadas entro en el vagón.

-¡Esos gay! ¡Tremendo pato! ¡È pato ese gringo! Ja, Ja, Ja.

Voltee donde Jaime y este se escondía la cara, detrás de la gorra por el bochorno, causado por mi trato civilizado hacia las demás personas.

Dos muchachos de esos que definen, niche o monitos, continuaron con el agravio contra mi persona, uno se me acerco y me pidió de manera abusiva y tajante que entregara mis pertenencias o sea todo; zapatos, chaqueta, reloj pulsera, etc.

Me ironice por el desconocimiento que ellos tenían sobre la propiedad ajena, me dispuse a darle una clase formativa sobre la propiedad privada y el respecto hacia lo ajeno.

De pronto el Jaime me dice;

-¡No Joda! ¡Erni te vas a dejar bajar de la mula por esos carajitos!

¡Entonces voltee!

-¿Mira muchacho, que lo que quieres tú?
-Todo pure. (Viejo).

Le metí un derechazo y de una agarre, la nueve milímetro que llevaba el Jaime.

-Bueno quieto allí, el que se rebota lo exploto de una, y ¿Sabes qué? menor quítate los zapatos.
-¿Como los zapatos, vale?

De una le ateste un cachazo.

-Te dije que no te rebotaras, becerro.
-¿No te gustan lo gringos? chalequéame ahora, ¡pues!

Así que los bajamos con todo.
Cuando de nuevo subimos a la superficie, le dije al Jaime:

-¡Aguanta aquí chamo!
-¿Que va hacer?
-¡Me voy a quitar este disfraz, brodel!
(Arrojando mi traje de casimir inglés).
-Bien, Erni ya me parecía a mí.
-¿Adonde es que le damo mi pana?
-Vamo pa' Pinto Salina a casa de África y Asia, me están esperando un combo bien, tenemos una guerrita contra una banda que se apodero de las escalinatas del teleférico.
-Bien Jaime, en una de libertario como tiene que ser.

Subiendo por la calle, vi una mata de mango y de una me encarame a comerme un mango encima de ella.

Que linda es mi patria, hay que ser solo de aquí.

¿Es bien tú ves?



Sustraído del diario de Asia, la chica exótica de Pinto Salina.

Sé hasta donde veo, el resto me lo imagino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario