jueves, 8 de octubre de 2009

…Toferina de la Vega...

…Toferina de la Vega...

¡Epa! ¡Matilde chica! no dejes que salga el niño, que le puede dar el asma.
-Mira Negrita serás la mamá, pero lo mimas demasiado, tiene la chaqueta puesta y es hora que se haga un hombre.
-¡Que hombre! sí es un bebé.
-Anda Toferina anda a jugar.
Toferina sale de la casa en medio de la controversia de las dos mujeres, pero, también percibe la controversia entre el ambiente seguro de casa y una cierta dinámica agresiva de la calle, avanza hacia el grupo de niños que juegan al avión.
-¿Mira como se juega eso?
-¿Que te pasa burguesito, tu mamá te dejo salir?
-¡Sí! A jugar.
Lo rodean y lo golpean, le quitan la chaqueta y cae al piso, y Tibisay le da una patada en la boca. Toferina se tapa la boca con las dos manos, le duele pero no llora, no entiende toda esa agresión. Su madre sale de casa gritando; “¿¡Que le han hecho!?” se lo lleva a la casa regañando y gritando.
El mira continuamente hacia atrás, como identificando el teatro de operación.
El tiempo trascurre, cuando regresa de la escuela, se sienta a ver la televisión y a rato se asoma por la ventana para ver la calle, ve la televisión y sus programas de violencia, los tiroteos como el protagonista se abre camino con los puños o a tiros... Absorbiendo toda aquella violencia mediática…

Bien se decía a sí mismo, cuando por la ventana enrejada veía a los otros niños jugando, niñez negada predecía.
Los continuos tiroteos y balacera que se prolongaban toda la noche, los comentarios de familiares y vecinos, las sirenas de la policía de nuevo tiroteo, la ambulancia con sus luces multicolores. De esos elementos de su diario vivir se retroalimentaba su conducta.
El primer enfrentamiento de los hombres seguro que fue territorial, aun la sociología define al hombre; como un animal social.
Cuando su primo le comentó que tenía un comercio muy bueno, con la mariguana pero tenia el problema que había una banda que no lo dejaba vender la cosa en la esquina. El tenía solo 14 años y una visión televisiva de la vida.
-¿Como es eso?
-Sí, es que están armados, tú ves primo.
-¿Tu no tienes porte?
-Si el caliche me dejo dos automáticas pero hay que usarla, ¿Entiendes?
-¿Házmela ver?
Extrae de debajo de la chaqueta, las dos automáticas una es empavonada cromada que brilla como una luna llena, Las toma, las ve, las tráquea, después dice:
-Espérame aquí primo.
-¿Que vas hacer Toferina, estas loco?
Toferina es flaco, sufre de asma, pero baja tranquilo por la calle hasta llegar a la esquina, allí se encuentran reunidos en 5, cinco guapos de barrio. El Pelao, Triquitraque, Chiribita, Chingo Luis, el Amañado.
-¡Epa! (dijo)
Extrajo y ejecutó con las dos pistola al mismo tiempo, en el tiroteo los cinco guapos tuvieron que correr, los que pudieron, El Pelao quedo seco en la primera descarga, Chiribita se sostuvo del poste de la luz, y después cayó al pavimento, imaginándose mil veces como seria el momento de morir, Triquitraque herido ganó el callejón.
Luis Chingo, murió mas abajo, El Amañado, herido mortalmente fue llevado al hospital.
¡Tranquilamente agarró da la caleta drogas y armas, después miro alrededor; ¡Guapo! ¡Pa' guapo yo!
Pasando por la bodeguita del Portú, la radio cantaba a todo volumen la canción de Héctor Lavoe: “Calle sol, calle luna.” Y dice: “En barrio de guapo no se vive tranquilo, si usted quiere su vida, aquí no vale ni un hilo.”
“Calle sol, calle luna.”
“Mete la mano en el bolsillo, saca y abre tu cuchillo; ¡oye! y ten cuidado.”

Música hispana de barrio, de la esquina, del guaguancó…

Después volteo hacia la esquina, le pareció solo salsa de tomate, el rojo de la sangre, se alarma la gente por el exterminio de malandro, y por el nuevo Cacique, más vale mal conocido que bueno por conocer. Los cadáveres yacen inertes en el vacio de sus excuerpos, aquellos cuerpos que en su breve corrido por la tierra, sembraron el terror en aquella esquina que hoy es su epitafio... Donde cayeron aun se presagia sus sueños infantiles infractos…
Los niños que jugaban en la esquina de enfrente lo miraron alejarse.
-Y ese quien es.
-Toferina el que vive en el callejón de la Luz Divina.
-¿Así y que es?
-Generación Halley.
Los que vienen una sola vez a la tierra.
Su primo lo veía con los ojos espalancados.
-¿Que hiciste manoo? ¿Los mataste?
-Claro vale, esos estaban de más en esta vida, ahora la plaza del jipareo es nuestra primo, no se hable más.
Así ajustició a otros del montón, gente que de todas manera la droga los tenia en el soye y de verdad según los entendido estaban gastando demasiada agua, oxigeno y alimentación para su sustento...
Armó una banda de atracadores de bancos, llamada los Fumigados, cuando entraba a las agencias lo único que decían, pero una sola vez.
-¡Congélense! es un atraco.
Lo demás se les veía en la cara.
Fue en esos tiempos que regresando a la casa, desde su carro vio a la Tibisay que regresaba del cine, caminando por la acera, se bajó del carro y la alcanzo a pie.
-¡Epa! ¿Tibisay de donde vienes?
-Del cine Toferina.
Y seguía caminando.
-¿Como estuvo la película Tibisay?
-Mal, no me gusto, muchas escenas de amor y poca acción, a mi no me gusta todo ese llantén de carameleo, besos y pasiones.
-Mira Tibisay me esta doliendo el diente, ¿sabes?
-¿Que diente Toferina?
-Este que me pateaste y se quedo gris.
-¿Todavía te acuerdas de eso Toferina? éramos solo unos niños...
-Si fue de niño, pero a mi me duele mi diente de grande aun.
-¡Olvídalo ya, chico eso ya es pasado!
-Sí es pasado y justamente el pasado es el que no olvida, sabes.
-Deja el rencor, que vas a vivir amargado toda la vida, por eso, vamos hacer amigos de bien y todo, Toferina.
-No, no puedo, lo saben demasiada gente, y me ensucia la ficha.
Tibisay ya había entendido, y por ello arrancó en una profunda carrera, pero los tacones, esos tacones que ella se ponía para verse más seduciente, le entorpecían el avance, Toferina extrae el revolver y le dispara, la bala impacta en una pierna, y ella cae.
-Esta bien Toferina, ya me heriste te la descombraste, no me vayas a matar.
-Que va jeva, no se puede dejar la culebra viva y coleando.
Ella se lleva la mano a la cabeza, es solo un reflejo condicionado, porque el impacto es mortal.
Radio Rumbo la emisora popular, se hace eco de un clamor popular, con su chillido inconfundible, desde hace semanas pide que las autoridades detengan al Toferina de la Vega, antes que deje la parroquia sin habitantes.
Una comisión del grupo B.A.E (Brigada de Acciones Especiales) se prepara a detenerlo hay mas de 20 acusaciones por homicidio directo.
Pero la mujer del Toferina, es funcionaria del Ministerio de todas las Injusticias y la advierten que al marido le van a dar papelón, así que ella lo entrega lo que llaman ponerse a derecho. Al Comisario en jefe de la policía judicial acompañada con un fiscal del Ministerio del Desorden Publico a la Central de Policía Técnica Judicial de Plaza Carabobo.
El Toferina se salva, pero lo internan en el Reten de los Flores de Catia, los policías se ríen y le dicen.
-Toferina vas para las grandes ligas, espero que tu pueblo te quiera, si no eres chicharon pa' hoy mismo.
Toferina pero agarra duro su escapulario, tiene el cordón de espiritista, rojo, azul y amarillo, hace su rezó en silencio.
Su oración secreta, a las ánimas del purgatorio.
Cuando se llega al reten de Catia, se detecta, porque se percibe el olor; es tan penetrable que despierta a un muerto, una peste a creolina con excremento y meado rancio que no lo soporta ni el Diablo.
A la puerta del instituto de castigo a máxima represión lo que se llama agresión de estado contra las masas populares, lo espera la mujer con un funcionario.
-¡Papito aquí estoy!
El funcionario de la policía judicial entrega los documentos y arruga la cara, Toferina ríe...
-Bien entonces señora a su marido, lo alojamos en el pabellón especial.
-Sí, claro porque el sufre de asma.
-¡No! yo voy para el pabellón dos, torre sur.
-¡¡¡Estas loco!!! allá lo que hay es caníbales.
-Mira jeva, allá tengo a mis parroquianos y no puedo irme de refugiado que después me pierden el respecto en la parroquia, oíste.
-Toferina, eso es un malandreo que tiene del increíble, allí hay que ser guapo de verdad...
-Malandro no come malandro y sí lo come lo vomita, chico.
Cuando llegó al pabellón la gente lo miró, amigos, conocidos y un bojote de enemigos. Así que de una en la primera de cambió, sin chistar ya tenia a tres con quién duelar.
El cuchillo no es como las armas de fuego, es como un baile y se necesita mucha concentración normalmente el duelo se pierde en el contrapié, cuando se lanza la estocada al contrario, cuando es demasiado fácil, cuando se cree que la tienes ganada, así la recibió un puyón punzo penetrante en pleno estomago una estocada, de esas que llaman la bienvenida, luego le bandearon la barriga con un viaje, de banda a banda del abdomen y en seguida, se vertió el tripeo para ver si era resistente.
Se agarró el tripero con la mano, y se apretaba lo más duro que podía.
Nada Toferina, esto no se puede cocer aquí, es interna vas a tener que salir.
-¡Epa vigilante! ¡¡¡ Vigilante!!! ¡Compañero con herida mortal!
Lo bajan por las escaleras directo a la enfermería.
Juancho el doctor NO. como lo llaman los demás presos, cose que parece un sastre, los pacientes están en el piso, en la camilla, de pie, con bolsas adheridas al abdomen donde hacen sus necesidades, parece un Vietnam sangre de pueblo.
Regresa al pabellón.
-¿Que Toferina te hicieron el cierrecito?
El se ve la larga cicatriz que parte del ombligo hasta el pecho.
El día de la visita la mujer entra angustiada.
-¡Toferina los ves! chico mejor estabas en el especial.
-Mira corazón, conoce este vigilante.
-Señora mucho gusto José.
-A él cuando llegues al rancho, le das una de mis pistolas, para que me la entre al penal.
-Okey quedamos así Toferina, te traigo el hierro y ¿mi bomba quien me la da?
-Ella misma José.
Cuando el arma llegó, a sus manos, quien lo hirió, se ganó el billete non stop reten-cielo, por dejar la culebra viva.
La mujer hizo lo posible hasta que lo trasladaron a la planta (Centro de Reeducación y Artesanal del Paraíso)
Fue allí que lo conocí cuando me arrestaron por un asunto de unos terrenos.
Fue por aquella época que llegó también, corriendo en un lote de detenidos de la cárcel el rodeo entre ellos venia el José-Antonio, amiguísimo de Toferina.
Lo acomodaron en la celda Nº 5 pabellón 3 planta baja de la planta en la que vivía el Toferina, la litera estaba altísima, para subir se necesitaba hacer un curso, para bajar se necesitaba un paracaídas, pero era bien difícil que allá arriba te atracaran.
Eso si viniendo del monte como se les llama a las cárcel del interior, me que de asombrado como enseguida se acomodo a la rutina de Toferina, en su el televisor a las 8 PM. Se reunía la crema innata del malandreo, una nube de humo con olor a amoniaco, se alzaba era tan espectacular la fumada que se entonaba uno sin necesidad de fumar directamente, la piedra se ponía en pipas de vidrios hecha con botellitas de ampicilina, y después de varias fumadas se raspaba y se obtenía el Sandy varias veces más poderosa que la piedra.
Pero solo veían novelas, que vaina como quiere el gobierno el hampa encerrada y viendo novelas, bien bueno pues.
Cuando después los atacaba la crisis que se le acababa las dosis, iniciaban a ver mostros por todos lados y a repartir puñaladas, el pasillo estaba siempre oscuro al drogo no le gusta la luz, no le gusta verse en el espejo, hasta a mi se me olvido mi cara, estoy seguro que el día que me vea no me reconozco.
Era una vida mas allá del limite la primera vez que quise ir a comer al comedor, al entrar a buscar la Sambumbia, el olor era así de penetrante que fue como un carajazo directo a la nariz, particularmente en esta vida he llevado del bulto duro, no te imaginas cuando, como de todo hasta suela de zapato, pero hasta allí me acompaño el valor, no entro conmigo en el comedor y por eso no pude comerme esa Bazofia.
Aquella noche, yo tenia unos dolores fuertísimos así que estaba en el pasillo y los vi que hablaban el Toferina y José Antonio, me llamó la atención lo joven que eran los dos, pero ya habían eliminado físicamente mas de 20 persona cada uno solo en la cárcel, es la política del gobierno: autolimitación continua y progresiva de la delincuencia por factores que genera ella misma.
José-Antonio desde que llegó, traía algo extraño consigo, un día entró a la celda Nº8 nos querían atracar pero al sentarse dijo; ¡zape! vi a la pelona (la muerte).
Al día siguiente estaba en la puerta del pabellón y quien pasaba le tiraba una puñalada.
Toferina bajó de la planta alta, donde se había ido en la guarida del Barrio Chino por divergencias con sus paisanos, le paso la mano por el cuello y le dijo; sabes José tu bien sabes que soy tu amigo, con la izquierda sacó el chuzo-daga y se lo atestó en el estomago.
Toferina se va de prisa, con el paso aburado José-Antonio no lo sigue el no sube a planta alta, tiene problema con la banda que gobierna allí.
-Toferina después de la visita vas a tener que duelar ¡conmigo! ¿Oísteis?
Entró en la celda N°1 planta baja, se levantó la camisa y cayó la granada, el chuzo, la gente corrió creyendo a una explosión inminente, pero Torito Viejo llamó al orden.
-¿No es nada esta fría, no son malandro, pues?
-¿Esta fría?
-Claro si esta fría, no va explotar.
-Sí, tú si sabes viejito, ¿donde hiciste el servicio militar?
-En la infantería.
-No, me diga, ¿te amaestraron pa' kamikaze?
Lo cocieron, mientras los dolientes lanzaban amenazas contra el Toferina.
-¡Te vamos a matar rolo e traidor!

Cronología de la agresión de Estado.
• A las 9:00
Entró la primera visita.
A las 9:15 a.m.
La herida se hincho.
-Tienes que salir José-Antonio, esta herida es grave.
A las 9:30 a.m.
El muchacho salió en camilla y los dolientes de planta baja pedían la muerte de Toferina.
• A las 9:45 a.m.
Las visitas nos cuentan si lo han visto.
A las 10:00 a.m.
-Mariza llorando nos dice que el José-Antonio, esta en el pavimento acostado encima de la camilla, el capitán dice que no tiene trasporte.
• A las 10:30.
La mamá del Nayo, también entró en llorando.
-Se esta muriendo no ve bien, se va a morir.
• A las 11:00 a.m.
Quedo confirmado, porque lo vimos pasar a buscar su gorra de baseball...
-Saben una cosa mi muerte les dolerá. (Nos dijo).
• A las 2 Pm
La mujer de Toferina con una escolta, lo saca del pabellón entre gritos y pitos.
• A las 3 p.m.
Nos encontrábamos en el patio a la hora de la lista, el número arrojó 455 prisioneros,
-Bien parranda de delincuentes todos desnudos y con las manos contra la pared.
Las penillas se alzaban repetidamente por el aire y caían a vuelo libre sobre la desnuda piel, sentía el retumbar del eco sobre los cuerpos vacios, nos dieron una paliza colectiva que entendí porque José-Antonio nos dijo que su muerte nos dolería.
• A las 5 p.m.
Nos estábamos sobando el cuero.
En la visita del sabado, se supo que al Hermano de Toferina lo habían ejecutado en la cárcel de los Teques. Varios días después mataron a la hermana en la calle Mi Obsequió, la mamá no hacia en tiempo en enterar a uno que le mataban otro, ¿En que estaría pensando esa señora cuando quedo embarazada de Toferina?
El Lunes se desató un motín en el penal, las bandas entraron en conflicto, la guerra hizo que las autoridades se retiraran del penal, durante varios días muertos y heridos se amontonaban, en las noches se oían los lamentos de los moribundos, era un acción mental surrealista tanto que inicie a entender todos esas pinturas extrañas, sobre los muros con manchas de sangre que daban formas y que eran expresión de submundos que encierran las almas.
Se que oyó un grito de atacar el pabellón especial, y el ataque fue masivo, pero allá estaban bien armados, durante toda la noche hubo un enfrentamiento con muchos muertos, hasta que al amanecer se oyeron explosiones y el gas lacrimógeno invadió los pabellones, después gritaron:
¡La móvil!
¡Marea verde con allanamiento!
Lo que paso después es algo que aun me cuesta ordenarlo, o sea darle una cronología; fue una lluvia de acero porque los penillazos llovían a producción industrial, me dieron tantas patadas que ni siquiera una pelota de futbol en el mundial, si te caías la tropa te pasaba por encima.
Cuando me desperté, lo primero que me vino en mente fue:
DIOS gracias por quitarme la vida.
Pero el dolor era tan intenso, que entendí inmediatamente, que era una cosa de vivos.
Estábamos todos desnudos, manos a la nuca y acostado boca abajo, cuando me voltee, tenia a Toferina al lado, con una cara tan tranquila que aunque en el ataque todos habían muertos en su pabellón, el estaba ileso.
-¡No jodas Toferina! ¿Pero tú eres inmortal?
-Más o menos.
-¡Zape gato! Tienes vainas de Diablo, vale.

Sustraído del diario del Toferina de la Vega; Generación Halley.

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